El 'caso Illinois' salpica al jefe de gabinete de Obama
El primer nombramiento que anunció Barack Obama tras ganar las elecciones presidenciales del 4 de noviembre fue el de su jefe de gabinete: Rahm Emanuel, un judío de 48 años experto en la fontanería política de Washington y gran conocedor de la maquinaria electoral de Chicago, su ciudad natal. Ahora, con el escándalo del gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, que intentó subastar el escaño vacante de Obama en el Senado, el nombre de Emanuel se encuentra en el centro de la polémica.
El presidente electo de EE UU declaró la semana pasada, en una conferencia de prensa en la que medía cada palabra leyéndola en un papel, que él no ha hablado nunca con el gobernador en relación al escaño. Y que confiaba en que ningún miembro de su equipo lo hubiese hecho. No obstante, prometió avanzar en los próximos días una lista con cualquier tipo de contacto que se pudiese haber establecido entre cualquier miembro de su equipo y el gabinete del gobernador en relación al escaño.
El Chicago Tribune publicó ayer un artículo en el que sostenía que Emanuel "conversó" con el gobernador en relación a quién podría ocupar el puesto vacante de Obama. Conversó, habló, dialogó, pero... ¿llegó a negociar con Blagojevich? ¿Entró en el juego que tendía el gobernador de pedir un cargo a cambio del escaño? Ninguna prueba hay de eso.
Candidatos "aceptables"
Según el diario, Emanuel facilitó al gobernador una serie de nombres que Obama consideraría "aceptables" para sustituirle en el Senado. Entre ellos se encontraba la amiga de Obama Valerie Jarret, nacida en Chicago, y Lisa Madigan, fiscal general de Illinois, nacida en Chicago también y enemiga política del gobernador. Madigan, precisamente, declaró ayer en una entrevista televisada que hoy podría dimitir Blagojevich, aunque no especificó en qué basaba su pronóstico.
Rahm Emanuel ha rehusado efectuar ninguna declaración sobre el tema. Desde que estalló el escándalo, lo único que ha hecho ha sido desmentir unas declaraciones que había efectuado semanas antes en las que afirmaba que Obama había conversado con el gobernador sobre el sucesor de su puesto en el Senado.
Emanuel tiene fama en Washington de ser un negociador duro y tajante. En un artículo publicado hace dos años por la revista Fortune se le describía como un pitbull político con pies de bailarín, que nunca retrocede en la pelea.
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