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Brufau rechaza toda opción de que Lukoil controle Repsol

El presidente de la petrolera dimitirá si la rusa intenta mandar sin una OPA

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, se aplicó ayer el dicho sobre la mujer del César y cargó contra quienes sostienen que en el asunto de la rusa Lukoil, todo está atado y bien atado. Así se pueden interpretar las declaraciones que realizó durante la presentación de la nueva guía de carreteras Repsol. "Cualquier cosa que suponga poner en cuestión la pérdida de control de la compañía, como consecuencia de una operación que no suponga una OPA [por el 100% de la empresa], no me va a tener a mí al frente, lo digo claramente" aseguró Brufau. El mensaje tenía dos destinatarios principales: uno, el cuerpo de accionistas de la sociedad y dos, aquellos que han acusado a Brufau de haber pactado ya con los rusos su permanencia en el cargo y hasta su indemnización en caso de despido.

Sacyr no ha dejado de explorar alternativas a la venta a Lukoil

Las declaraciones del primer ejecutivo de Repsol se producen, además, en una semana clave en las negociaciones con la compañía rusa Lukoil de Sacyr Vallehermoso, La Caixa y Mutua, entre otros grupos que quieren vender hasta un 30% de Repsol.

Son días clave porque, por la parte vendedora se han explorado ya todas las fórmulas para atraer al vendedor extracomunitario. Y, a ser posible, sin violentar a un Gobierno español que sigue defendiendo la necesidad -ayer mismo lo reiteró el ministro de Industria, Miguel Sebastián- de que Repsol continúe siendo española.

Esas fórmulas, según fuentes al tanto de las negociaciones, se habrían reducido a sólo una: la venta de un 20% del capital de Repsol (10% de Sacyr y 10% del resto de interesados en vender), en lugar del 29,9% en que se pensó inicialmente. Sólo falta un pequeño detalle para cerrar la operación, que el supuesto comprador acepte los términos de los vendedores. En financiación y precio. Hoy mismo Lukoil vuelve a reunirse con los bancos acreedores de Sacyr para tratar la posible financiación. Fuentes empresariales sostienen que, por si acaso, Sacyr no ha dejado de trabajar en otras posibles alternativas a la venta de acciones a los rusos.

Porque, según analistas rusos consultados por Reuters, Lukoil tampoco lo tiene fácil para desembarcar en España. Siempre según dichos analistas, los accionistas minoritarios de la petrolera rusa están indignados por la posible compra de una participación en Repsol y preferirían ver a la compañía invirtiendo en acciones propias o producción propia.

Así, además de la oposición que podría afrontar en círculos políticos españoles, la expansión de Lukoil en el extranjero está la última en la lista de prioridades del Kremlin. El Gobierno ruso está preocupado por conservar los miles de millones de dólares que necesita para mantener a flote la economía, apoyar el rublo y ayudar a los gigantes empresariales públicos a refinanciar sus deudas internacionales. "El Estado tiene otras prioridades en este momento. El apoyo a este acuerdo no está siendo discutido", dijo, por otra parte, una fuente gubernamental rusa.

Mientras, en España, continúa la agitación política. El líder del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que no oponerse a la entrada de Lukoil en Repsol es "una forma de atentar contra los intereses generales de los españoles para arreglar problemas de particulares". Rajoy criticó el apoyo que en su opinión prestó el Gobierno a Sacyr para que comprara el 20% de Repsol, cuando la constructora "no tenía capacidad económica para hacerlo", según Rajoy, que se equivocó sobre las circunstancias de la operación al decir que Sacyr no había puesto dinero.

"Lo compró con un crédito de más de 5.000 millones, sin poner un solo euro y con la garantía de las propias acciones de Repsol", enfatizó en RNE. "Lo podíamos haber comprado usted y yo, hubiera bastado con que nos hubieran dado los 5.000 millones", dijo. En realidad, para comprar el 20% Sacyr puso más de 1.300 millones de su propio dinero, además del crédito. El préstamo, además, está garantizado no sólo con títulos de Repsol, sino también con los de varias filiales.

También se equivocó Rajoy al atribuir un papel decisivo al ICO para que Sacyr entrara en Repsol. Para cuando el ICO entró en el crédito sindicado junto a decenas de entidades y con una pequeña participación inferior al 7%, Luis del Rivero, presidente de Sacyr, y Juan Abelló, vicepresidente, ya llevaban tiempo sentados en el consejo de la petrolera. Sacyr ya había comprado antes el grueso de su 20% con un crédito del Santander y tenía también derivados para la parte restante contratados con Citi. El ICO ha dado créditos a casi todas las empresas del Ibex 35, según recordó ayer su presidente, Aurelio Martínez.

Antonio Brufau, durante la presentación de la <i>Guía Repsol.</i>
Antonio Brufau, durante la presentación de la Guía Repsol.ÁLVARO GARCÍA

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