Cae la banda que atracó a Damiani, joyero de las estrellas

Un robo a lo Ocean's Eleven, decía la policía italiana, que desde febrero buscaba a los atracadores de la prestigiosa joyería milanesa de Damiani, una de las preferidas por las estrellas de Hollywood. Las cámaras de seguridad de los bancos cercanos, situados en el Corso Magenta, han permitido identificar y detener a los nueve ladrones, que robaron piezas por valor de 10 millones de euros. El botín todavía no se ha recuperado, pero Damiani emitió ayer una nota en la que aseguraba que "la policía persevera". Los ladrones, todos sicilianos, están ligados a la Cosa Nostra y son viejos conocidos de las fuerzas del orden.

Desde el primer momento, los investigadores aseguraron que el golpe era obra de "profesionales". Para entrar en la joyería, situada en un edificio del siglo XVII en el centro milanés, la banda abrió un agujero de 80 centímetros de diámetro desde el sótano del inmueble adyacente. Una vez hecho el butrón, uniformados como los miembros de la Guardia de Finanzas desconectaron alarmas y cámaras de vídeo, amordazaron y encerraron en una habitación a los pocos empleados que estaban trabajando (era domingo).

Mientras se producía el robo, Silvia y Giorgio Damiani ofrecían su tradicional fiesta en Los Ángeles después de la ceremonia de entrega de los Oscar, en la que Tilda Swinton, ganadora de la estatuilla a la mejor actriz de reparto por la película Michael Clayton, lucía un brazalete de diamantes cedido por la firma.

Desde su fundación, en 1924, Damiani ha contado con la colaboración de estrellas como Isabella Rossellini, Brad Pitt, Nastassja Kinski, Chiara Mastroianni, Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow, Sophia Loren, Milla Jovovich y Sharon Stone. El consejero delegado, Guido Damiani, que pertenece a la tercera generación de la familia de joyeros, presume también de que entre su clientela hay un nutrido grupo de príncipes y presidentes de Gobierno.

Para ponérselo más difícil a los ladrones, la policía había colgado en su página web las fotografías de algunas de las piezas robadas, con la intención de que comerciantes y compradores pudieran reconocerlas.