Ronald Davis, defensor de la salud pública
Ronald Davis, presidente de la American Medical Association, empleó gran parte de sus 52 años en apoyar campañas contra el tabaco, el alcohol, las drogas y los estilos de vida poco saludables, aunque eso no impidió que un cáncer de páncreas acabara con su vida.
Davis comenzó su carrera como defensor de la salud pública en los años ochenta, tras estudiar zoología y políticas. Cuando, en 1988, el director general de salud pública estadounidense, C. Everett Koop, publicó un demoledor informe sobre el tabaco, Davis trabajaba en los Centros de Control y Prevención (CDC, en sus siglas en inglés) precisamente fomentando campañas anticigarrillos.
En ese informe, el primero en el que se reconocía la capacidad adictiva de la nicotina, quedaba claro que el Gobierno achacaba oficialmente al tabaco la responsabilidad de la muerte de 300.000 estadounidenses al año. Pese a ello, Davis, que dirigió el Centro de Tabaco y Salud de los CDC desde 1987 a 1991, se sentía desesperanzado. "He dedicado mi vida a reducir las figuras globales de fallecimientos, sin embargo, EE UU exporta un agente dañino".
Fue un incansable divulgador. En sus escritos fomentó el ejercicio físico y las dietas saludables. Davis, quien falleció el 6 de noviembre en East Lansing (en el Estado de Michigan), dirigió la American Medical Association entre junio de 2007 y junio de este año. En su discurso de despedida citó a muchos de los "malvados" que dañan la salud de los estadounidenses: desde la pizza hasta las hamburguesas, pasando por el pac-zki, un donut polaco al que se dedica un concurso que lleva al ganador a engullir más de 6.000 calorías en 15 minutos. "Otro claro ejemplo de nuestros malos hábitos gastronómicos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.