Un proyecto de 2.000 empleos en el aire
Los sindicatos acusan al Gobierno de no apostar para que la nueva planta de Aernnova esté en Euskadi - La empresa asegura que no ha decidido su ubicación
La incertidumbre empieza a poner muy nerviosos a los trabajadores de Aernnova en Euskadi. En julio, la dirección de la empresa anunció un contrato con Airbus para fabricar y diseñar el estabilizador de cola y el elevador del A350, un avión para 300 pasajeros. El proyecto supone una facturación de 4.500 millones de dólares (3.579,66 millones de euros) y la puesta en marcha de una planta con una vida de 40 años para 2.000 trabajadores. Pero la empresa no se ha pronunciado sobre el destino de la inversión. La respuesta oficial es un escueto "estamos en ello". Mientras, se dejan querer en una especie de subasta entre comunidades autónomas. Los comités de empresa de las plantas alavesas, que agrupan a 2.000 trabajadores -la mitad de todo el personal del grupo-, empiezan a temer lo peor. No ven una apuesta decidida del Gobierno vasco por la aeronáutica.
El contrato del Airbus A350 supone 4.500 millones y 40 años de actividad
Los comités de empresa llevan su inquietud al Parlamento vasco
Euskadi se ha visto superada por Andalucía en el sector aeronáutico
El departamento de ingeniería en Madrid de la firma vasca ha empezado ya a trabajar en el proyecto. Las cosas están complicadas y el presidente del comité de empresa de la planta de Castilla-La Mancha ya ha hecho declaraciones en público asegurando que el proyecto irá a su comunidad.
Miembros de los comités de empresa de Álava acudirán el jueves a la Comisión de Industria en el Parlamento para expresar su inquietud. Aernnova (la antigua Gamesa Aeronáutica) tiene su sede en Euskadi y cuenta en la comunidad autónoma con tres plantas de aeroestructuras, dos ingenierías, una planta de compuestos, otra de piezas metálicas y un centro de soporte de producto.
La compañía nació en abril de 2006 y siete meses después renovó su compromiso con Euskadi, lo que supuso descongelar las ayudas concedidas en diciembre de 2000 a su antecesora, una subvención de 1,44 millones de euros y un crédito reintegrable para I+D de 27,6 millones. Aquel acuerdo supuso mejorar las relaciones con el Gobierno tras la negativa de las cajas vascas a entrar en el capital de la nueva empresa cuando se creó. De esta forma la empresa, de origen vasco, quedó en manos de otras comunidades autónomas. El presidente, Iñaki López Gandásegui, y otros directivos cuentan con el 29% del capital, la Caja de Castilla-La Mancha el 23%, el Banco Espirito Santo el 15%, EBN Bank el 11%, Isolux el 11% y Lesepair otro 11%. En realidad, el peso de la caja manchega es mayor, ya que es accionista de EBN junto a otras cajas y este banco lo es a su vez de Isolux.
Hace varios días el viceconsejero de Industria, Iñaki Telletxea, se reunió con los sindicatos en Lakua. Al mismo tiempo, la consejera, Ana Agirre, participaba en unas jornadas de directivos de Aernnova. Los representantes de los trabajadores trasladaron sus inquietudes y el departamento dejó la puerta abierta a una propuesta para entrar en el capital. Tal vez llegue demasiado tarde.
Aernnova es uno de los cerca de veinte subcontratistas de primer nivel de Airbus. En España hay otros dos que ya han decidido dónde van a instalar sus plantas. El grupo castellano-leonés Aries Complex, que cuenta en su capital con las instituciones de esa comunidad, se instalará en Valladolid. El grupo Alestis, de origen vasco, ha llegado a un acuerdo con la Junta de Andalucía y va a ubicar sus centros de producción en Sevilla y Cádiz. Euskadi era, después de Madrid, la segunda comunidad con más industria aeronáutica. Ahora es la tercera, superada por Andalucía.
Los trabajadores esperan, que las instituciones vascas arriesguen por un sector que da empleo en Euskadi a 7.000 personas, aunque no lo ven claro.La productividad por empleado en miles de euros de las empresas auxiliares fue en Andalucía de 70,12, mientras el global de Aernnova es de 114 y del sector aeronáutico vasco 132,4, según los sindicatos. Estos se aferran a las predicciones de las propias compañías para asegurar que el sector crecerá a pesar de la crisis. La estadounidense Boeing asegura que se venderán hasta 2027 más de 29.000 nuevas aeronaves.
La falta de claridad del Gobierno vasco sobre el sector puede hacer que Euskadi, que fue la primera comunidad autónoma en impulsar la aeronáutica como proyecto estratégico, se estanque en este campo. Los trabajadores quieren apelar a los grupos parlamentarios para que presionen al Ejecutivo. EA y EB, socios del PNV en el Gobierno, son curiosamente quienes ya han manifestado su apoyo a los sindicatos de Aernnova. Sus representantes, que no han recibido ninguna notificación de la empresa sobre sus planes, se han entrevistado también con la Diputación de Álava y con el alcalde de Vitoria, el socialista Patxi Lazcoz.
El temor sindical no sólo responde a la oportunidad de que se creen nuevos empleos, también lo hace por la constatación de que los principales proyectos de Álava se terminan. El proyecto del helicóptero S-92 de Sikorsky se ha llevado a México, al programa del Embraer 145, en el que fabrican diversos elementos de este avión de la compañía brasileña, le quedan tres o cuatro años de vida y al Embraer 170/190 se acerca a la mitad de su vida. Se han entregado 370 unidades de un total esperado de 1.000.
En Aernnova hay paz social. Los convenios se firman con mayoría sindical y acuerdos entre diferentes centrales. Sin embargo, no hay información y los sindicatos se quejan de que hay un 40% de subcontratados trabajando junto a la plantilla de forma permanente. En 2007 Aernnova vendió por valor de 396 millones de euros, un 22% más que el año anterior, con un Ebitda (beneficio de explotación) de 58 millones (un 29,5% más), y un beneficio después de impuestos de 10,3 millones, un 145% más que en 2006.
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