_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

'La Gata, El Guapo y El Gallardo'

Director: Mariano Rajoy. Intérpretes: Esperanza Aguirre (La Gata), Juan José Güemes (El Guapo), Alberto Ruiz-Gallardón (El Gallardo). Música: Ennio Morricone, con variaciones sinfónicas, heterodoxas y raperas del chotis Madrid.

En un lugar de La Mancha había una mujer muy chulapona y muy lista que mandaba en la comarca apoyada por las urnas. También era asistida por fuerzas sobrenaturales y por la Madre Maravillas. Hace tres años salió como una rosa de un accidente de helicóptero en Móstoles, salvando también al realizador de esta película, que se lo agradeció dándole el papel protagonista en el filme que nos ocupa. Pero La Gata salió respondona y le enseña las uñas con frecuencia al director. Esta semana logró salir ilesa milagrosamente de un atentado terrorista en Bombay, a gatas como una felina madrileña. Los dioses la respetan o quizá la teman.

La Gata tiene una escolta de incondicionales en la que destaca un joven apuesto con pinta de pijo treintañero ambicioso y encargado de la sanidad pública. Reparte sonrisas y dientes perfectos por doquier. Es capaz de aguantar imperturbable cataratas de insultos del personal sanitario y los enfermos. Él sigue con la sonrisa puesta. Ha exasperado a sus contrincantes, y ya no le insultan en los hospitales con exabruptos sino con este melancólico grito airado: "¡Guapo! ¡Guapo!".

Pero hay otro que manda mucho también en la región, El Gallardo, uno de los suyos. Pero La Gata sabe que es tan ambicioso como ella, o más. Hay dos opciones: o liquidarlo o aliarse. El Guapo no le enseña los dientes, no vaya a ser que le malogre la sonrisa. No hay más remedio: mano a mano inquietante entre El Gallardo y Aguirre. La cólera de Dios.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_