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Reportaje:

Del centro del universo a Bilbao

Richard Lester recuerda en el Zinebi el "privilegio" de rodar con los Beatles

Richard Lester (Filadelfia, 1932), el director de ¡Qué noche la de aquel día! de los Beatles y Superman, recibirá esta noche el Mikeldi de honor en la clausura de la 50 edición de Zinebi, el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, que le premió en 1960 y le nombró diez años más tarde presidente del jurado. En Zinebi le consideran "un viejo amigo", pero él lamenta no recordar gran cosa de su paso por el festival. Ni siquiera cómo se organizó la rebelión del jurado que presidía para leer un manifiesto contra la falta de libertades en la sesión de entrega de premios de 1970, el año del Proceso de Burgos. "Eran años", dice "en los que hacíamos ese tipo de cosas".

El festival de Bilbao daba sus primeros pasos cuando premió a Lester por "por la riqueza de invención y sano humorismo" de The Running Jumping & Standing Still Film, una película muda, de 11 minutos de duración, realizada con un presupuesto de 40 libras (menos de 50 euros), que sólo le permitió hacer una copia. Siete largometrajes rodados en España -incluido Robin & Marian, con Audrey Hepburn y Sean Connery en parajes de Navarra- le permiten utilizar palabras en "castellano rústico" en medio de sus explicaciones en inglés cuando explica que todavía guarda en casa el trofeo del festival de Bilbao, un Mikeldi de plata. Fue el primer premio de su carrera, a una obra que había sido nominada para los Oscar un año antes. Ayer rememoraba con ironía que los reconocimientos a su humilde corto no le abrieron ninguna puerta, pero le dio un buen tema de conversación con los Beatles cuando les conoció poco tiempo después.

De aquellos gloriosos años 60, cuando su carrera cinematográfica despegó con el impulso de las dos primeras películas de los Beatles, ¡Qué noche la de aquel día! (1964) y Help! (1965), sí mantiene vivos los recuerdos. "Fue un gran privilegio trabajar durante tres años con el centro del universo, que era lo que los Beatles eran entonces, y tratar de llevar sus personalidades al cine", asegura. La "extremadamente gratificante" experiencia, en palabras de Lester, transcurría sin que sus protagonistas, que "fumaban cosas extrañas", fueran conscientes de la trascendencia de su trabajo en la música pop. "No tenían sentido del destino ni un carácter épico. Solo se divertían con lo que estaba ocurriendo".

Tampoco Lester fue capaz de predecir que aquellos cuatro músicos británicos estaban a punto de entrar en la leyenda. "Un día le cortaron el pelo a John Lennon en el estudio y varias personas entraron a recoger los mechones del suelo. No entendíamos porqué no esperaban a que llegara alguien a barrer todo aquello. No nos cabía en la cabeza que ese pelo iba a ser subastado en eBay cuarenta años después".

¿Pionero del vídeo musical por el impacto de las películas de los Beatles? Lester asegura que no, porque nunca ha trabajado con el objetivo de hacer algo diferente o entrar en los libros de cine. "Es de locos. Me he conformado con ir tirando y hacer cada día lo mejor que he podido", confesó.

Lester vive en West Sussex, en el sur de Inglaterra, apartado del mundo del cine. Tanto que ni siquiera está al tanto de las películas que la siguiente generación de cineastas va estrenando. "Vivo en un pueblo pequeño, muy ocupado con no hacer absolutamente nada", se disculpa divertido con sus respuestas. El cine es desde hace más de 20 años "algo que solía hacer" y no echa en falta nada de aquella vida.

Ahora le llaman de los festivales que como Zinebi cumplen medio siglo. "Soy el único que sobrevive de los que participábamos en aquellos años". No parece sufrir de nostalgia y lo confirma: "No vivo de los recuerdos de mi carrera. Sólo hablo de ellos en los festivales".

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