El Banco de España pide al sector que refuerce el capital

Si la gravedad de la economía se mide por la asistencia a un curso sobre cómo puede salir la banca española de la crisis, la situación está muy mal. Por primera vez, ayer acudieron más de 500 financieros a estas jornadas, celebradas ayer en Madrid, organizadas por la APD y la firma PwC.

Otra prueba de la grave situación actual es el mensaje de profundidad que el Banco de España lanzó al auditorio. El subgobernador, José Viñals, dijo: "Las incertidumbres que planean sobre la actividad bancaria deberían inducir a las entidades a reforzar su fortaleza financiera a través de cualquiera de las diferentes vías que existen".

Más adelante, Roberto Higuera, vicepresidente y consejero delegado del Banco Popular, y Miguel Martín, presidente de la AEB, rebatieron que la banca española tenga que ampliar capital y seguir la senda de otros competidores internacionales (y del Santander). La razón esgrimida es que el sector tiene actividad de banca comercial frente a la banca de inversión europea, que se ha llenado de hipotecas basura.

Otra andanada de Viñals. Advirtió de que "cabe esperar un compromiso firme de nuestras entidades para la contención de costes, por diversas vías, incluyendo la consolidación bancaria". Es decir, cierres de oficinas por fusiones. También Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander, abogó por la reducir costes. Además, Viñals anunció que espera "que desciendan los resultados" por la caída del crédito y la subida de la morosidad.

Juan Ramón Quintás, presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros, pidió que un cambio en la Ley Concursal, porque considera que dispara las ratios de morosidad, y exige que se provisionen dos veces los dudosos. Quintás recomendó que se aumentaran las provisiones.

David Vegara, secretario de Estado de Economía, descartó que en estos momentos se prepare una reforma legal que facilite la fusión de cajas de diferentes comunidades, como pidió Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid. Vegara reconoció que esperaba que "la segunda subasta de activos salga mejor" que la primera, que definió como un "mecanismo de prueba y error". Vegara negó que el fallo hubiera sido poner el dinero caro.