La votación en Kutxa será secreta para evitar posibles impugnaciones
Iturbe acepta el informe jurídico tras las peticiones del PSE y Banatuz
Los compromisarios que acudan el próximo viernes a la asamblea de Kutxa votarán finalmente en secreto para decidir si esta entidad financiera acepta su fusión con BBK. Un informe de los servicios jurídicos de la propia caja de ahorros guipuzcoana avaló ayer esta opción, que había sido reclamada la pasada semana por la Plataforma Banatuz y con posterioridad por el PSE-EE. La presidencia de Kutxa acepta la resolución, mientras en BBK no existe una decisión oficial aunque a última hora de ayer todos los indicios apuntaban hacia el voto nominativo en su asamblea.
La prudencia ha sido una de las razones más poderosas para que Kutxa acepte la recomendación del servicio jurídico, según ha podido conocer este periódico. Con el voto secreto, la entidad se asegura la imposibilidad de un recurso de impugnación, fácilmente atribuible cuando se producen votaciones a mano alzada. Fuentes jurídicas señalaron ayer que para proceder a una impugnación es imprescindible conocer el sentido del voto de quien lo presenta, extremo éste imposible de documentar cuando se adopta el sistema de mano alzada.
Las papeletas para votar serán enviadas hoy a los 100 compromisarios
En la reglamentación interna de Kutxa no existe normativa alguna que fije la obligatoriedad de determinado sistema de votación. Por ello, el informe suscrito por el área jurídica de la entidad financiera no se ha atenido a ninguna regulación, aunque sí ha recomendado el voto secreto para prevenir posibles impugnaciones que contribuyeran a dilatar el proceso de fusión en el supuesto de que fuera aprobado.
La resolución propiciará que Kutxa elabore unas papeletas para uso de los compromisarios en la asamblea del próximo viernes. De hecho, a partir de hoy mismo se pondrá a disposición de los 100 compromisos la correspondiente papeleta.
Con esta decisión se resuelve una corta polémica abierta tras presentar el PSE-EE su petición formal de que la votación en Kutxa sobre la fusión con BBK. Eso sí, la discusión quedó reducida al antagonismo entre los socialistas a favor del voto secreto y la respuesta del PP en favor de la opción contraria.
Para el líder de los socialistas vascos, Patxi López, "resulta tremendo que algunos estén tan nerviosos que quieran impedir que se vote en total libertad". También lamentó que este asunto "se haya convertido en una especie de noticia que los malvados socialistas quieren imponer a las cajas". López confesó que estaba "absolutamente sorprendido y perplejo" por el impacto de esta solicitud que, según añadió, "es lo mas normal en democracia ya que el voto individual, libre y secreto garantiza intimidad, libertad y ausencia de presiones".
Para los populares, en cambio, la apuesta del PSE-EE por el voto secreto obedece a "votar seguramente una cosa diferente a la que dice en público". Así lo dijo el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, quien deploró la postura socialista "que dice una cosa en Álava y otra en Vizcaya, una cosa hoy y otra, mañana".
Para este portavoz, "cuando en una asamblea una decisión tan importante que condiciona el futuro financiero de Guipúzcoa está a falta de un voto, es una irresponsabilidad y una desvergüenza que se plantee una votación secreta para dejar la votación al pairo de cualquier chanchullo". Por ello, Oyarzábal reclamó "votaciones abiertas y que se sepa lo que vota cada uno".
Mientras Kutxa apura los contactos con los diferentes grupos de consejeros representados en la asamblea, ayer comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que todavía no ha decidido si ejerce la opción de venta que tiene sobre el 2,19 % de Itínere, filial concesionaria de Sacyr-Vallehermoso.
En virtud de ese acuerdo, a partir del próximo 28 de noviembre, las tres cajas disponen de seis meses para ejercitar esa opción de venta sobre la totalidad o parte de sus acciones en Itínere, aunque también tienen la posibilidad de renovar esa opción por otros dos años.
Atentos a las ausencias
El registro de las ausencias en la asamblea de Kutxa del próximo viernes provocará, sin duda, uno de los aspectos más relevantes en el análisis posterior a conocerse el resultado de la votación. Y es que, sobre la base de que actualmente la fusión necesita de un voto para asegurarse la necesaria mayoría absoluta de los 100 compromisarios, la reducción del quorum de asistentes hace más fácil cumplir el objetivo, allanado tras el acuerdo del PNV con el sindicato CC OO.
En las últimas horas ha tomado cuerpo una aproximación de algunos dirigentes jeltzales hacia el PP guipuzcoano en la búsqueda de un acuerdo que, lógicamente, pasaría por la ausencia de alguno de los tres representantes populares. Esta opción, en cambio, es devuelta por el PP hacia el PSE, aunque ésta parece más improbable habida cuenta de que si fracasara la fusión los socialistas obtendrían un rédito inmediato bajo el discurso de que la opción BBK-Kutxa ha sido precipitada y que debería haberse esperado a la integración de la Vital en unas condiciones socio-políticas distintas.
Cada compromisario de Kutxa cobrará una dieta de asistencia a la asamblea del viernes de 750 euros.
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