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Reportaje:Automovilismo

Coche y fútbol por 400.000 euros

La Superleague cierra su primera temporada despertando más interés fuera de España

Cuando hace tres años se plantearon poner en marcha un campeonato que combinara las carreras de automovilismo y el fútbol, la principal preocupación de Àlex Andreu y sus socios era si serían capaces de involucrar a los clubes. Tras la primera edición, la respuesta es afirmativa. Los clubes, un poco escépticos al principio, han acabado prestando su imagen, vendiendo el producto en sus estadios, presentando a los pilotos a sus aficiones, promocionando las carreras en sus propias webs y prestando incluso a sus mejores jugadores para actos publicitarios. La Superleague Fórmula cerró ayer de forma exitosa su primer curso adjudicando el primer título al equipo chino Pekín Guoan y a su piloto italiano Davide Rigon, que superó en la clasificación al PSV Eindhoven (conducido por Yelmer Buurman) y al Milan (pilotado por Robert Doornbos, ex fórmula 1).

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"Algunos creían que no acabaríamos la temporada", explicó Andreu, el presidente de la Superleague, "pero la idea ha conseguido la implicación de los clubes y el proyecto crecerá". La Superleague se desarrolló en su primera edición en los circuitos de Donington Park, Nurburgring, Zolder, Estoril, Vallelunga y Jerez de la Frontera, e incorporó a pilotos de la categoría de Adrián Vallés, Robert Doornbos, Antonio Pizzonia, Andy Soucek, Borja García o Davide Rigon, algunos procedentes de la F-1, la GP2 y las World Series. Un total de 18 clubes, entre ellos Atlético de Madrid, Milan, Flamengo, Borussia, Olympiacos, Basilea, Tottenham, Oporto, Roma y Anderlecht, aceptaron el reto. "En 2009 incorporaremos al menos otros tres y habrá entre seis y ocho carreras", agrega Andreu. Cheste es uno de los circuitos que podría incorporarse.

"La idea de juntar las aficiones del fútbol y el automovilismo es brillante", afirma Numa Frossart, jefe de mercadotecnia del Basilea; "nosotros lo hemos integrado en nuestro club como una sección más y nos da la posibilidad de ofrecer a nuestros patrocinadores un fin de semana en las carreras para sus principales clientes".

En Jerez, alrededor de 20.000 aficionados acudieron al circuito para animar al coche del Sevilla, conducido por Borja García. "Aunque para nosotros constituye ya un éxito, creo que el campeonato ha despertado más interés fuera de España que en nuestro país", advierte Albert Roc, jefe de comunicación de la Superleague; "es probable que sea por el desconocimiento de nuestro producto. Lo que más hemos potenciado es la proximidad de los coches y de los pilotos al público. Algo que no ocurre en la F-1". Los boxes de las escuderías intentan reproducir a través de grandes paneles fotográficos el ambiente de los estadios de los equipos de fútbol que representan. En Jerez, el del Sevilla estaba prácticamente abierto al público: se podía presenciar cómo trabajaban los mecánicos o fotografiarse con los pilotos. "Éste es uno de los elementos diferenciales", asegura Andreu. El segundo es haber conseguido un coche espectacular, más ancho y más largo incluso que los de F-1, y con un motor de 12 cilindros, 4,2 litros, capaz de desarrollar una potencia de 750 CV a 12.000 rpm -los de F-1 van a 19.000-, lo que garantiza la vida del propulsor para la mitad del campeonato.

"Los reducidos costes son una parte fundamental. Hemos logrado unos coches de grandes prestaciones [están por encima de las World Series y muy cerca de los tiempos de la GP2] a un precio muy asumible", comenta Andreu. El coste total de un coche de la Superleague es de unos 400.000 euros. Con dos motores puede cubrirse todo el campeonato. El coste por coche y temporada no llega a los dos millones de euros y el presupuesto global, de unos 35 millones de euros, se espera que descienda a unos 20 o 25 millones en 2009. Los pilotos no cobran, pero tampoco pagan como en GP2, en la que deben aportar 1,5 millones, o en las World Series, en las que sufragan unos 700.000 euros de los gastos. Para muchos de ellos, este campeonato ha supuesto poder dar continuidad a sus carreras para volver a las categorías superiores.

"El formato me ha encantado. He disfrutado como un niño y el motor empuja como un demonio", asegura Adrián Vallés, piloto del Liverpool. La Superleague puso ayer el broche a su primer asalto. "El segundo será mucho mejor", concluye Andreu.

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Adrián Valles, al volante del coche del Liverpool.
Adrián Valles, al volante del coche del Liverpool.SUPERLEAGUE FÓRMULA

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