Iglesia y Estado
El portavoz del PSOE en el Congreso ha justificado la negativa de su partido a que se coloque una placa que recuerde donde nació santa Maravillas, en un local del mismo Congreso, diciendo que hay que ir eliminando los símbolos religiosos de los lugares públicos, como corresponde a un Estado aconfesional.
Efectivamente, la Constitución define España como un Estado aconfesional, pero me parece que el señor Alonso la aplica mal, y que tiene confundidos los conceptos.
Un Estado confesional es aquel en donde sólo se permite una religión oficial. Un Estado laico es aquel en el que no se permite ninguna religión. Y un Estado aconfesional es aquel en el que caben todas las religiones.
Querer suprimir los símbolos religiosos de los lugares públicos, no tiene nada que ver con una laicidad positiva y sí mucho con un sectarismo laicista y antirreligioso. Lo cual puede suponer eliminar las huellas de cerca de 15 siglos de historia y de cultura, y que además se contrapone con el interés del partido socialista por recuperar la memoria histórica. Salvo que en vez de recuperarla lo que se pretenda es cambiarla.
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