Sanidad quiere que las farmacias puedan abrir las 24 horas del día

El proyecto de ley de Ordenación de la Asistencia Farmacéutica apuesta por eliminar varias trabas existentes a la creación de farmacias en la comunidad autónoma y pone más énfasis en controlar la calidad del servicio dispensado por los establecimientos. El texto aprobado ayer por el Gobierno elimina, entre otras, la prohibición de crear farmacias en municipios de menos de 800 habitantes y abre la puerta a la liberalización total de los horarios. Sanidad prevé la apertura de, al menos, 77 nuevos establecimientos.

El proyecto de ley, que llegará al Parlamento con unos plazos muy ajustados para que pueda ser aprobado en esta legislatura, elimina la exigencia de que esté presente todo el personal de la farmacia, sea cual sea el horario de apertura. A partir de ahora, la plantilla al completo sólo deberá estar presente durante el horario mínimo obligatorio y otorga más flexibilidad durante las horas de actividad voluntarias. Así, si alguna farmacia quiere mantener su actividad más allá del horario obligatorio, podrá hacerlo siempre y cuando haya un farmacéutico atendiendo. "Es la iniciativa privada la que tiene que decidir si es rentable o no una farmacia 24 horas", explicó a EL PAÍS el director de Farmacia del Ejecutivo, Gonzalo Trincado.

El final de la legislatura puede impedir que el texto sea aprobado

La reforma apuesta por facilitar que sea el mercado el que decida qué modelo de negocio resunta viable. "Es difícil que las farmacias en municipios de menos de 800 habitantes sean rentables. Pero si alguien recibe ayuda de algún ayuntamiento -por ejemplo, poniendo a su disposición el local a un precio especial- y el farmacéutico quiere intentarlo, ¿por qué impedirlo?", añade Trincado. El proyecto de ley reduce también la distancia mínima entre establecimientos de los 250 metros actuales hasta 200 para permitir la apertura de 77 nuevas farmacias (22 en Álava, 14 en Guipúzcoa y 41 en Vizcaya).

De salir adelante, la nueva norma dejará la ratio de habitantes por farmacia en 2.390, frente al 2.610 actual, que era una de las más altas de España. "Vivimos en núcleos densamente poblados, con pocas distancias que recorrer. Entendemos que no necesitamos muchas más farmacias, sino más bien fomentar la calidad del servicio", precisó Trincado, aludiendo al protocolo de atención que tendrán que cumplir los establecimientos. "Hasta ahora los farmacéuticos sólo tenían derechos: ahora tendrán obligaciones", resumió. Estos protocolos serán concertados con los colectivos de médicos y farmacéuticos.

El proyecto establece también que, a partir de los 70 años, el farmacéutico tendrá que jubilarse y traspasar su farmacia, para homologar el ejercicio de este colectivo con el de los demás profesionales de la red sanitaria. Si algún propietario quiere traspasar su local, el Boletín Oficial del País Vasco haría públicas las condiciones de transmisión, sin que un familiar tenga prioridad sobre otro titulado.

El proyecto modifica también la denominación legal de los establecimientos, que pasan de denominarse "oficinas de farmacia" a llamarse simplemente farmacias. Y limita también la publicidad en ellas, circunscribiéndola a medicamentos y campañas sanitarias.

Con la legislatura en sus últimos suspiros y la Cámara volcada en el debate presupuestario, es muy posible que el proyecto, anunciado en 2006, termine en algún cajón a la espera del próximo Gobierno. "Siempre puede haber un milagro", apuntó el director de Farmacia.