Larysa, la mujer 'triple X'

El Diari Oficial de la Generalitat (DOGC) es una lectura tan edificante como su correspondiente, el Boletín Oficial del Estado. En sus páginas figuran historias curiosas, sucedidos notables. El DOGC de ayer, sin ir más lejos, daba cuenta de un hecho llamativo: una mujer llamada Larysa XXX fue vista por un inspector en el tranvía cuando, ella, viajaba sin billete. El inspector fue a multarla y, como ella decidiera no pagar, procedió a pedirle la identificación y la dirección de sus residencia para enviarle la multa a domicilio, que todas esas facilidades se dan en los transportes públicos.

"¿Nombre?", dijo él. "Larysa", respondió ella. "¿Apellido?", continuó el empleado de la compañía de tranvías. "XXX", respondió la mujer. Y así quedó anotado, sin que haya constancia de por qué el inspector escribió las tres letras en mayúscula, contra lo que aconseja el uso de las lenguas latinas, en las que sólo la primera es de este tipo y las demás minúsculas.

Quedó "XXX" escrito en el boleto de denuncia y pasó a las oficinas de la empresa, donde a nadie llamó la atención tan extraño nombre, de modo que la denuncia fue remitida al Departamento de Política Territorial, donde uno o más funcionarios de nómina y carrera aceptaron como lo más natural que ande por el mundo una tal XXX que no paga en el tranvía. Los esforzados funcionarios copiaron el nombre y lo incluyeron en la relación de los que debían aparecer en el DOGC porque, pese a que se les había requerido, persistían en no pagar el billete del tranvía ni la multa.

Junto a XXX aparecen otros 500 nombres. O menos, porque es larga la lista de reincidentes. Así, Leonard Rodríguez Parades, pillado tres veces en dos meses, o Modesto Muñoz, tres veces en 16 días. En el DOGC figura también alguien de nombre Ana María que un día se llamó Maldoran, otro Maldovan y el tercero Maldovana. Pero nada de ello es comparable a ser la mujer de la triple X.