Efectos y causas
Llevamos bastante tiempo hablando de las causas de esta crisis, pero nadie va al fondo de la cuestión y analiza las verdaderas. Nadie, al parecer, hace referencia a ello, o no quiere hacerlo, ni políticos, ni economistas, ni banqueros, ni periodistas. Es más, se trata de corregir el problema tratando los efectos y el que sabe de esto es consciente que cuanto más se tratan los efectos más se acentúan las causas.
Todos echan la culpa a las hipotecas basura, a la voracidad especulativa de las instituciones financieras, etcétera, pero nadie ha manifestado que la razón fundamental está en la fabricación ilimitada de dinero sin respaldo. Desde que Nixon eliminó el patrón oro, es decir: el dinero-papel respaldado en oro, se ha ido gestando esta crisis y por supuesto las anteriores. Da la sensación que pocos de nuestros economistas o nuestros políticos, aunque no dudo de su buena voluntad, saben lo que en inglés se denomina fiat money.
¿De dónde saca el dinero la Reserva Federal o el BCE? ¿Del ahorro de los ciudadanos o simplemente tocando una tecla del ordenador central? ¿Saben los medios de comunicación lo que es la banca fraccional o cómo fabrican el dinero los bancos? ¿Saben cómo se ha producido el agujero negro de los derivados? ¿Conocen la profundidad de ese agujero negro? Si quieren saber dónde está la enorme cantidad de dinero que ha inyectado el BCE (y la Reserva Federal) el año pasado y éste, y que no se ve en la calle, sólo hay que mirar hacia allí.
Si en esta próxima reunión del G-7 no se toca en profundidad este tema del patrón oro, que lo dudamos, pues el agujero negro es tan profundo que revelar lo que hay dejaría en evidencia al sistema, todo seguirá igual y, como siempre ha sucedido a lo largo de la historia, terminaremos en lo mismo, que ya se lo pueden suponer. En la reunión se tomarán medidas, indiscutiblemente, pero serán las de siempre: una huida hacia delante.
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