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Cambio en la Casa Blanca | Los primeros pasos

"No podemos permitirnos esperar"

El presidente electo, Barack Obama, reclama a los estadounidenses que dejen a un lado sus diferencias políticas para hacer frente a la crisis más dura de sus vidas

Mónica Ceberio Belaza

"Decenas de millones de familias están luchando para intentar pagar sus facturas y no perder sus casas. Sus historias son un recordatorio urgente de que nos enfrentamos al desafío económico más importante de nuestras vidas y de que debemos actuar". El presidente electo, Barack Obama insistió ayer, en un mensaje grabado para las radios norteamericanas, en la necesidad de que todos los agentes políticos pongan a un lado sus diferencias, trabajen juntos para resolver la crisis y se haga una rápida transición entre las dos presidencias, idea en la que coincidió con George W. Bush.

En circunstancias excepcionales, no hay tiempo para seguir celebrando la victoria ni para lamentarse de la derrota, sino que es necesaria una pronta unidad, vinieron a decir tanto el presidente electo como el saliente. La larga campaña ha hecho ya perder mucho tiempo y hay demasiados problemas sobre la mesa.

El futuro presidente agradece la buena disposición de Bush para la transición
EE UU, con 10 millones de parados, lleva 10 meses destruyendo empleo
Es la primera transición que se realiza en medio de dos guerras
La nueva Administración quiere hacer crecer a la clase media

Obama agradeció a Bush su buena disposición para facilitar una adecuada y suave transición y traspaso de poderes. Los Bush han ofrecido hacer todo lo que esté en su mano para ayudar a la recién elegida primera familia del país. El presidente electo y su mujer, Michelle, se reunirán el lunes con George y Laura Bush en la Casa Blanca. "Esto es el reconocimiento de que aquí podemos competir intensamente en las elecciones y desafiar las ideas del otro pero después reunirnos al servicio de un propósito común una vez que la votación ha concluido", señaló Obama.

El presidente electo se refirió también a los catastróficos datos sobre desempleo que se dieron a conocer el lunes: en el país hay 10 millones de personas sin trabajo y octubre ha sido el décimo mes consecutivo en el que aumenta el número de parados. Ante esta situación, Obama quiere estar listo para empezar a trabajar de inmediato en cuanto tome posesión. "No podemos permitirnos esperar", dijo ayer. "Aunque sólo tenemos un presidente y ahora Bush es el líder de nuestro Gobierno, quiero asegurar que tocamos tierra el mismo 20 de enero [día de la toma de posesión], porque no tenemos un momento que perder".

Bush, por su parte, felicitó a Obama en su mensaje de radio semanal por su histórica victoria: dijo que el pueblo norteamericano debía de estar orgulloso de su democracia y centró también su discurso en la maltrecha economía, el problema que más ha importado a los ciudadanos a la hora de votar; la gran materia que tienen sobre la mesa tanto el presidente electo como el saliente. Bush coincidió con Obama en la necesidad de hacer una transición rápida, tal y como exigen los tiempos que corren.

"Los desafíos económicos a los que se enfrenta nuestro país no dejan tiempo al nuevo presidente para asentarse pausadamente", dijo Bush. "Éste será también la primera transición en cuatro décadas en la que se tendrán que ceder poderes en torno a dos guerras. Estamos luchando contra extremistas violentos decididos a atacarnos a los que nada les gustaría más que utilizar este momento de cambio para hacer daño al pueblo americano". Bush aseguró que la Casa Blanca y las agencias nacionales llevaban más de un año preparándose para que la transición entre presidentes sea rápida.

El presidente electo se ha reunido ya con oficiales del espionaje, el departamento de Justicia ha aprobado el plan de seguridad para los miembros de su equipo de transición y, a lo largo de las próximas semanas, distintos departamentos informarán a Obama en asuntos políticos de máxima importancia como la guerra de Irak o el plan de rescate de los mercados financieros. Bush ha señalado que le informará de cualquier decisión importante que deba tomar antes del 20 de enero.

Durante estos meses continuará enfrentando los urgentes problemas económicos, instará al Congreso la aprobación de tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur y presidirá la próxima cumbre financiera internacional del 15 de noviembre, en la que se tratará de encontrar soluciones a la crisis global. Obama ya ha anunciado que no acudirá para no entorpecer la labor del todavía presidente.

Barack Obama habló también ayer de cuáles serán sus prioridades económicas. Dijo que su Administración se centrará en crear trabajos, estabilizar los mercados financieros, en ayudar a los propietarios cuyas casas están en riesgo y en hacer crecer a la clase media. "No subestimo la tarea", dijo. "Se han tomado importantes medidas hasta el momento y necesitaremos tomar más a lo largo de esta transición y en los meses sucesivos. Algunas de estas decisiones serán difíciles, pero América es un país fuerte y resistente".

Tanto del discurso del presidente Bush como del de Barack Obama se desprende prisa, urgencia. No dejan de mentar la palabra "desafío". Son tiempos convulsos en los que tanto el que sale -con un funesto porcentaje de aprobación ciudadana- como el que entra saben que la tarea que tienen por delante, sobre todo el que se dispone a ocupar la Casa Blanca el próximo 20 de enero, será muy complicada.

Obama se dirige al estrado seguido de Joe Biden en su primera rueda de prensa, el viernes en Chicago.
Obama se dirige al estrado seguido de Joe Biden en su primera rueda de prensa, el viernes en Chicago.AFP

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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