Psicoanálisis de la literatura
Narrativa. No hay mejor tarjeta de presentación en una editorial que haber vendido tres millones de ejemplares en 35 idiomas de tu segundo libro. Así que para Fernando Trías de Bes y Álex Rovira, autores del libro de superación personal La buena suerte (Empresa Activa), los sellos pronto desenrollaron la alfombra roja. Trías de Bes dio entonces el paso a la literatura, siempre en Alfaguara, con Palabras bajo el mar (2006), El coleccionista de sonidos (2007) y ahora La historia que me escribe. En este último a Néstor Néspolo, un autor de novela negra, el movimiento artístico Moebius le encarga que escriba un libro que engulla a su creador. Néspolo se plantea entonces si existe o no una frontera entre la realidad y la ficción.
Trías de Bes (Barcelona, 1967), profesor de la escuela de negocios ESADE, compara su trayectoria con la de un publicitario: "Él siempre te dirá que la publicidad es un arte menor, porque está restringido por los objetivos del anunciante. Y en el libro empresarial ocurre lo mismo. Aunque hagas una fábula al final es un adiestramiento en torno a unos valores, a una actitud empresarial". Por eso el economista siente una "liberación" al escribir sin juzgar. Disfruta creando personajes que hacen cosas reprochables que él no comparte pero sobre las que construye una historia. "Puedes aceptar los mecanismos causa-efecto y crear una personalidad que justifique que alguien pueda actuar así. Te ahorra mucho psicoanálisis", asegura. Siempre tuvo mucha inquietud artística. "Desde pequeño toco el piano y he tenido una necesidad de expresión a la que he encontrado salida en la escritura. Yo no llego a la literatura como fin, sino como medio".
"Hay un libro entremedias de mis ensayos y la ficción que es El vendedor del tiempo. Fue un conato de novela, a caballo entre el ensayo y el relato. Tenía ganas de novelar, pero no me sentía seguro, me daba respeto. Durante un año escribí relato breve. Me costó tomar la decisión", cuenta. Su inseguridad sobre el resultado de su aventura literaria se trasluce durante esta entrevista. Indeciso, no para de hacer preguntas: "¿En qué genero se encuadraría? ¿Está bien resuelto el final? ¿Se pierde la estructura?".
Metódico y ordenado, a Trías de Bes le preocupa que esta estructura se diluya a medida que pasan las páginas. La estructura lo es todo. Y ha llegado al extremo con La historia que me escribe, que volvió a empezar cuando llevaba tres cuartas partes. "No me importó porque no estaba a la altura. Comencé la narración en tercera persona y no funcionaba la historia. Y decidí ponerlo en primera, porque normalmente así creas un lenguaje de más fuerza. Y entonces me di cuenta de que el personaje escribiese su propia historia redondeaba el libro".
Necesitaba crear "un movimiento apocalíptico de tintes suicidas" capaz de hacer tan macabro encargo y se inspiró en los hippies de los setenta, contrarios al progreso industrial. "El diálogo con la máquina de escribir del protagonista es delirante. Demuestra la pérdida total de facultades y de capacidad de gobierno sobre los actos".
"La historia que me escribe se pregunta dónde habita la realidad. Yo me siento real, quiero y sufro, pero eso no quita que en el trasfondo de todos nosotros haya una duda sobre la existencia, la libertad, y si, en el fondo, alguien escribe nuestra historia o no", reflexiona. "Una primera parte tenía que ser real y luego ir mudando a fantástica, y eso también me costó. Asistes al proceso creativo de un escritor y en éste surge la duda de ser real o no. Con su relación con otros personajes se diluye su identidad".
Ahora pretende cerrar su trilogía -Palabras bajo el mar y El coleccionista de sonidos- que tiene la música como nexo. Además, publicará en 2009 una novela corta. "Alterno novela con ensayo porque, al final, me dedico a la formación empresarial. Quizá me decante por un ensayo sobre la creatividad o sobre lo que está ocurriendo en la economía, un déjà vu de la crisis del 29".
La historia que me escribe. Fernando Trías de Bes. Alfaguara. Madrid, 2008. 256 páginas. 17 euros.
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