El dibujo de la Mafia
La condena a muerte del escritor Roberto Saviano por la Camorra y las reacciones de solidaridad con el joven autor de Gomorra han vuelto visible el tema de la Mafia, con todo su horror, ante una opinión pública que, tras los macrojuicios, los arrepentidos y la detención y muerte del "último corleonés", parecía anestesiada. En España, acaban de aparecer tres libros sobre el tema: Mujeres de honor, de la historiadora Ombretta Ingrasci; Vosotros no sabéis, del estupendo novelista Andrea Camilleri, y Cómplices, de los periodistas Lirio Abbate y Peter Gomez.
Tanto el de Camilleri como el de Abbate y Gomez abordan la historia del "último corleonés", Bernardo Provenzano, cuya detención, en abril de 2006, se consideró un golpe definitivo a la Cosa Nostra. Para entonces, el que había sido en su juventud matón y "contable" de la organización, lugarteniente del sangriento Toto Riina, y finalmente capo de capos, era un viejo setentón muy desgastado, operado de próstata, refugiado en una especie de casucha en medio de la nada. El hombre que había gustado de la ropa cara y de la buena comida, y al que no le había temblado el pulso con la lupara, con el revólver ni con la metralleta, el que se había cargado personalmente a más de cuarenta personas -sin contar las que fue mandando "apagar"-, el que se había paseado por Palermo y vaya usted a saber por dónde más, como Pedro por su casa, pese a la orden de captura que pesó sobre él cuarenta y tres años, era ahora un lobo solitario y sitiado, un abuelo de vida monacal: un altarcito, una Biblia, y un par de raídas chaquetas. Eso era todo lo que poseía. Allí.
Camilleri demuestra que Provenzano creía que sus designios estaban guiados directamente por Dios. Más allá del cinismo: lo creía
Claro que la Biblia, particularmente el libro de los Números, tenía, además de su función edificante, y digamos que de construcción de su personalidad, una segunda lectura: era el libro de claves que utilizaba para cifrar sus pizzini, esas notas mecanografiadas con las que administraba su red, gracias a un correo tan clandestino como él. Camilleri, en esta apasionante novela basada en hechos reales y sobre todo, en textos reales -los pizzini-, fragmentaria y en forma de diccionario, va dibujando una personalidad contradictoria y engañosa y, al mismo tiempo, un sistema moral que se quiere autosuficiente y cargado de razón. Hasta tal punto que, demuestra Camilleri, Provenzano creía que sus designios estaban guiados por Dios. Más allá del cinismo: lo creía.
Vida pobre y monacal en los últimos tiempos, y una fortuna estimada de miles de millones. Los periodistas Lirio Abbate y Peter Gomez hacen en Cómplices el seguimiento de todos los hombres de Provenzano, de Corleone al Parlamento. Además de los pizzini del capo, analizan y transcriben los testimonios de los pentiti, los arrepentidos, para dibujar la "ruta legal" de la Cosa Nostra durante la época de la "inmersión", es decir, después de la detención de Totó Riina en 1993. Después de las grandes matanzas, fotografiadas espectacularmente por Letizia Bataglia. Abbate y Gomez estudian el asalto mafioso a la Administración, a los cargos electos y a los partidos. De la Democracia Cristiana al trasvase masivo al partido de Berlusconi. Y se hacen la gran pregunta: ¿cómo pueden ser admitidos por las fuerzas políticas personas que han sido acusadas de pertenencia o íntima relación con la Mafia, aun en el caso de que hubieran sido judicialmente sobreseídos por insuficiencia de pruebas? La respuesta está explícita en el libro, con nombres y apellidos. Los cargos electos, especialmente municipales y regionales, son los que conceden, licitan, recalifican, etcétera. Los negocios de la Mafia son infinitos, y sus tentáculos llegan a todas las instancias sociales, en particular a los partidos políticos... sin abandonar lo de siempre: extorsión, drogas, prostitución. Sólo que ahora se trata de dinero público.
¿Y qué pintan aquí las mujeres? En Mujeres de honor, Ombretta Ingrasci investiga no sólo la Cosa Nostra, sino también la camorra napolitana y la 'ndrangheta calabresa, desde una perspectiva de género. Y partiendo de cientos de entrevistas, de historias como la de Ninetta Bagarella, la mujer de Riina, o la de Saveria Palazzolo, siempre fiel a Provenzano, o más aún, testimonios como el de Rosa, la arrepentida de la 'ndrangheta, estudiará el rol conservador de la mujer en la Mafia y sus cambios en la modernidad. Y junto a los "gánsteres con faldas", se detendrá en la tragedia de las mujeres de los arrepentidos, divididas entre la fidelidad a sus maridos y a la familia, y su soledad, en un mundo en que traición y delación son palabras muy mayores.
Una pregunta en el aire: ¿quién es ahora el capo de capos? Detenido y muerto Provenzano, parecía que la Cosa Nostra desaparecía. O se civilizaba. Pero no: la presión armada sigue siendo el último argumento. Ahora mismo, mientras usted lee, mientras yo escribo, estoy segura de que hay un capo di mafia que le ha sustituido. Que gobierna a las familias con mano de hierro y les impone su estilo. Y, seguramente, que llega más allá de su isla. -
Vosotros no sabéis. Andrea Camilleri. Traducción de María Antonia Menini. Salamandra. Barcelona, 2008. 222 páginas. 15 euros. No sabeu pas. Andrea Camilleri. Edicions 62. Barcelona, 2008. Traducción de Pau Vidal. 200 páginas. 13,95 euros. Cómplices. Los hombres de Provenzano. De Corleone al Parlamento. Lirio Abbate y Peter Gomez. Traducción de Isabel Fernández Guía. Península. Barcelona, 2008. 444 páginas. 21,50 euros. Mujeres de Honor. El papel de la mujer en la Mafia. Ombretta Ingrasci. Traducción de Patricia Orts. 451 Editores. Madrid, 2008. 17,50 euros.
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