Las paredes de Córdoba recuerdan el Mayo del 68

En mayo de 1968, nuevos y revolucionarios gritos se lanzaron en forma de pintadas desde las paredes de las calles de París: "¡Bajo los adoquines está la playa!". "¡La imaginación al poder!". "¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!". Cuatro décadas después, algunos muros de Córdoba se han llenado de lemas y graffitis inspirados en los que los jóvenes franceses usaron de ariete para tratar de cambiar la sociedad de entonces.

La experiencia cordobesa forma parte de los trabajos de una comisión compuesta por la Fundación Rafael Botí, la Diputación de Córdoba, el Ayuntamiento, la Universidad y Cajasol que, desde hace algo más de un año trabaja para conmemorar el aniversario del Mayo de 68. "No se trata de un homenaje", aclara Francisco Javier Flores, comisario de la actividad de las pintadas, "lo que queremos hacer es una reflexión y un cuestionamiento de los conceptos de aquella época". Por eso Flores pensó actividades que, como el mayo parisino, fuesen puramente callejeras y contestatarias.

Así nació Paredes hablan, tanto en su vertiente de eslóganes como en la graffitera. Adolescentes inmigrantes, grupos de autogestión económica y filósofos, poetas y políticos han reflejado en los muros del aparcamiento de la Diputación su personal visión del mundo en relación con la respuesta rebelde de hace 40 años. "Había sitio para la libertad, pero hicimos aparcamientos", se lee en una pintada; "Cumplimos, luchando, 40 primaveras; hace falta otro mayo para el capitalismo en crisis", escribió, con caligrafía de maestro, Julio Anguita.

En cuanto a los graffiteros, una decena de artistas nacionales y extranjeros dan color rebelde a puntos de la ciudad como el palacio de Orive, la plaza de la Corredera o el cierre metálico del templo romano, junto al Ayuntamiento.