Kuwait también sufre
El emirato es uno de los países del golfo Pérsico peor preparados para afrontar la crisis financiera
Esta semana se han encendido todas las alarmas en el segundo mercado bursátil del golfo Pérsico. El pánico se ha apoderado de la economía kuwaití después de que el Gulf Bank, su segunda entidad bancaria, anunciara pérdidas que podrían llegar a los 743 millones de dólares. Ni siquiera la intervención del Gobierno del emirato, que anunció la garantía de todos los depósitos y la puesta en marcha de un plan de crisis, evitó que la Bolsa se desplomara un 12% en la última semana, ni que decenas de operadores marcharan hacia el palacio de Gobierno pidiendo el rescate del mercado.
La reacción parece ser exagerada, pero la realidad dice que la economía kuwaití se enfrenta a una de las peores coyunturas de las últimas décadas. La región ya ha recibido el contagio, y países históricamente ricos como Arabia Saudí o Dubai empiezan a tener problemas con sus sistemas bancarios. Tampoco ayuda la depreciación del euro relación con el dólar -la moneda refugio de los banqueros kuwaitíes- ni que se haya acabado la fiesta del petróleo, que se cotiza a 60 dólares el barril después de pagarse a 147 en julio pasado.
Su dependencia del petróleo se ha convertido en un problema
La tercera economía del golfo Pérsico es precisamente una de las peor preparadas para afrontar la crisis debido a su extrema dependencia del petróleo, lo que le convierte en un país monoexportador en el que la extracción y exportación de crudo es prácticamente el único sector activo. Kuwait posee el 10% de las reservas mundiales, su producción representa la mitad de su PIB -113.000 millones de dólares en 2007-, pero además es responsable del 95% de sus ganancias por exportaciones y el 80% de los ingresos del Estado.
Respecto al próximo año, los más optimistas dicen que el precio del crudo se estabilizará en 85 dólares, pero otros creen que estará más cercano de su actual cotización. Con todo, Kuwait ha tenido un dinámico crecimiento que se ha ido ralentizando peligrosamente. En 2006, su PIB creció un 8,8% para ralentizarse hasta el 4,7% al año siguiente. Las previsiones de organismos locales indican que este dato podría caer hasta el 5,7% este año y a un pobre 3,1% en el próximo. The Economist es más pesimista y habla de un crecimiento cercano a cero este año.
Los expertos concuerdan en que el Gobierno del emirato ha dejado pasar la oportunidad de fortalecer y diversificar su estructura productiva. La principal crítica apunta a la pasividad del Ejecutivo ante las reformas estructurales que todo el país esperaba y que llevan años entrampadas en el Congreso ante la imposibilidad de que los grupos políticos se pongan de acuerdo. Las principales reformas apuntan a generar mayor transparencia en el sistema bancario y en el mercado de capitales, además de potenciar las inversiones públicas y privadas.
En Kuwait, es el Estado el que lleva el peso de las inversiones y de la puesta en marcha de proyectos de infraestructura. El banco de inversión local EFG-Hermes ha estimado que sólo el 14% de los planes de inversión puestos en marcha por el Estado son realmente finalizados, la tasa más baja de toda la región. Los problemas son los mismos: falta de acuerdos en el Parlamento, dificultades en su planificación y excesiva burocracia. Todos los sectores están ahora a la espera de ver el paquete de medidas anticrisis que prepara el Gobierno.
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