Los Mossos 'toman' Tarragona con el reto de proteger las masías
Proteger las masías aisladas de la acción de los cacos. Ése es uno de los principales retos que, en materia de seguridad, afrontan desde esta pasada medianoche los Mossos d'Esquadra. Con su llegada al Camp de Tarragona y a las comarcas del Ebro, la policía autonómica pone fin a 14 años de avance territorial y sustituye por completo al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil como máximos responsables de la seguridad pública. Los Mossos también concentrarán sus esfuerzos en la lucha contra las bandas organizadas de delincuentes. Estas bandas están instaladas desde hace años en la Costa Dorada, pero son escurridizas: su movilidad a lo largo del litoral mediterráneo es espectacular.
Para afrontar esos desafíos, los Mossos contarán con más de 1.500 agentes en la zona. Más de la mitad de los agentes son nacidos en Tarragona y vivirán allí. Alrededor de 1.000 acaban de llegar desde otros destinos, y de éstos, una quinta parte son novatos: se graduaron en la última promoción del Instituto de Seguridad Pública de Cataluña. Los 500 restantes ya estaban en Tarragona. En los últimos meses, esta avanzadilla se ha dedicado a estudiar el terreno y conocer a los vecinos. Los Mossos han mantenido reuniones con entidades, asociaciones, sindicatos y empresarios. Con la ayuda de Unió de Pagesos, los Mossos prevén reunirse con los propietarios de masías para darles algunos consejos de seguridad que disminuyan las posibilidades de sufrir un robo.
Interior ha firmado en las últimas semanas decenas de convenios con policías locales. Son éstas las que, de hecho, han puesto al día a los agentes de los Mossos sobre la realidad social y geográfica de Tarragona.
Los agentes trabajarán en 11 comisarías de nueva planta, que han costado 63 millones de euros. Todas se han acabado a tiempo salvo dos, las de Tarragona y Tortosa, que son provisionales. Y todas contarán con cámaras de videovigilancia en su interior.
La Guardia Civil (con más de 1.000 agentes) y el Cuerpo Nacional de Policía (con poco menos de 400) se van, pero no del todo. Igual que ocurre en el resto de Cataluña, se centrarán en la investigación de delitos de extranjería, crimen organizado e inmigración ilegal. Además deben permanecer en sus puestos en el puerto de Tarragona y en el aeropuerto de Reus.
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