"Sin duda, vamos hacia la globalización del jazz"
A dos pasos de la plaza de Mayo, en el hotel Nogaro, Perico Sambeat, saxofonista extraordinario (acaso el que exhibe una mejor forma en el panorama español), consulta el correo en su ordenador en compañía de un café. Extraño lugar para encontrarse. El motivo es Buenos Aires Jazz.08, acontecimiento con Sambeat como uno de sus protagonistas. "Vienes a un lugar como éste y te das cuenta de que el jazz ha cambiado", dice. "Hace 15 o 20 años, todo el mundo pensaba que los músicos tenían que ser negros y norteamericanos. Quién iba a pensar que pudieran existir tantos solistas en Latinoamérica o Europa, cada uno desarrollando su estilo. Vamos a la globalización, sin duda". En el mes de noviembre, Sambeat presenta su nuevo y sensacional disco, Flamenco Big Band.
Pregunta. ¿Qué hace un valenciano tocando por bulerías?
Respuesta. Admiración y placer por escuchar flamenco, cualquier persona sensible lo tiene. Pero lo mío fue un poquito accidental. Me fui metiendo en el asunto a partir de Ademuz [disco que editó en 1998 junto a Enrique Morente]. Me encantaba el ritmo de bulerías, los tanguillos, y los unía como podía con el jazz. Luego vine a tocar muy a menudo con [el guitarrista] Gerardo Núñez, pero sí, es verdad que soy valenciano y soy autodidacta en jazz, y con el flamenco me pasa lo mismo. Por ejemplo, para escribir Soledad sonora, transcribí 40 soleás, hasta que llegué al corazón del asunto. Lo mismo que hacía cuando me ponía a escuchar a Sonny Stitt, para aprender de los maestros.
P. ¿Ha tenido en mente maestros mientras componía?
R. No, sobre todo porque no hay muchos referentes de big band que se acerquen al flamenco aparte de Gil Evans o el primer disco de Jazzpaña [álbum de Gerardo Núñez]. En ambos casos el acercamiento un poco superficial, con mis respetos.
P. Llama la atención la diversidad temática del disco.
R. He procurado que cada tema sea diferente. Empecé con las bulerías de Tío Petila. Nido del aire y Como lo oyes también los tenía escritos. A partir de ahí añadí nuevas piezas: Cauce, en la que paso de la soleá por bulerías al swing de una manera totalmente orgánica; Olhaíl, un tema sobre el amanecer y la luz del sur; Nocturno...
P. Hay quien toca flamenco sólo para poder salir del país.
R. Hay algo de razón en ello; sin embargo, ahora estamos aquí, en Buenos Aires, con un grupo de jazz. Lo mismo con el curso que acabo de dar en Dinamarca, la gente me conocía por el jazz. Así que cada vez estoy menos seguro con eso de que sin el flamenco no sales.
P. Existe el Sambeat jazzístico, el flamenco, el compositor... ¿A cuál ve en el espejo?
R. A un músico muy versátil. Cada disco es de un color distinto, el próximo va a ser de hip-hop. Y puedo hacer esas cosas porque toco de una manera natural. No me planteo tocar ahora como Benny Carter y ahora como Lee Konitz, sino que me dejo llevar. Es un reto tocar como toca Perico Sambeat en cualquier circunstancia. Los jazzmen somos afortunados. Escuchamos una canción y reconocemos enseguida el ritmo y los acordes, y eso nos da la posibilidad de inmiscuirnos en distintas músicas."Cada uno de mis discos tiene un color. El próximo será de 'hip-hop"
Babelia
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