Sanción de 450.000 euros a Panrico por tomar agua del Jarama
El Gobierno pide una indemnización a la compañía alimentaria por los daños
Es difícil encontrar hoy en el cauce del Jarama un paraje como el que describió en 1955 el escritor Rafael Sánchez Ferlosio en su novela titulada como el río madrileño. El cauce del Jarama no es ni sombra de lo que era. Durante el verano avanza casi extinguido desde la sierra de Ayllón, en Segovia, hasta Aranjuez, donde hermana con el Tajo. Sus aguas ya no están limpias, transportan vertidos de las industrias de la zona. El olor en la ribera es reflejo de ello, según subrayan grupos ecologistas como Jarama Vivo.
El órgano que vela por la calidad de las aguas del río, la Confederación Hidrográfica del Tajo, tiene una dura tarea. Hace unos meses, en 2007, abrió un expediente contra la compañía alimentaria Panrico porque su fábrica de Paracuellos usaba el cauce del río sin permiso. Esta denuncia acabó el pasado viernes con una multa de 454.713 euros, aprobada por el Consejo de Ministros. En realidad, la sanción asciende a 346.715 euros y añade otros 107.458 euros de indemnización por los daños causados "al dominio público hidráulico".
El Canal de Isabel II fue amonestado hace dos meses por los vertidos al río
La compañía evitó ayer pronunciarse sobre los términos de la amonestación. "Aún no hemos recibido la comunicación oficial y desconocemos de qué se trata", aseguró ayer una portavoz de Panrico. Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Tajo reconoció ayer que la sanción corresponde a un expediente iniciado por "el alumbramiento de aguas subterráneas con destino a uso industrial y servicios, sin autorización del organismo de cuenca". Es decir, por tener una toma subterránea para captar agua del río sin la correspondientes autorización. Aún se desconoce los hectómetros que se ha bebido la fábrica de productos alimentarios de Paracuellos.
La organización Jarama Vivo denunció hace algo más de un año, en julio de 2007, que la fábrica de Panrico vertía "aguas industriales sin tratar en el cauce del principal río madrileño", recuerda Raúl Urquiaga, miembro de la asociación. Según este colectivo, los vertidos de la empresa crearon una balsa de color negruzco y fuerte olor junto a la orilla izquierda del río. La asociación señala que los vertidos se producen desde hace al menos ocho años.
Jarama Vivo alerta sobre la situación del polígono industrial de Paracuellos. "Es un ejemplo de desorden y descontrol urbanístico, donde se permite todo tipo de emplazamiento junto al río", sostiene la organización en un comunicado.
Hace dos meses, el Canal de Isabel II, el organismo regional encargado de la gestión del agua en la región, fue sancionado con otros 442.583 euros por contaminar el cauce con los vertidos procedentes de las depuradoras que gestiona a la altura de San Fernando de Henares. Al igual que con Panrico, fue el Consejo de Ministros el que dictó la multa.
La asociación ecologista responsabiliza también al Canal de la desecación de los tramos de la cabecera por el cierre de las compuertas de las presas del Atazar y el Vado.
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