Los hijos que marcan el futuro

Arrate Etxezarreta tiene 39 años. Su marido, Aitor Barrondo, 44. Van a cumplir 16 años de casados y ya tienen once hijos, seis niñas y cinco niños. La mayor, Ane, tiene 15 años. La más pequeña, Marta, sólo cuatro semanas. Impresiona. Es una de las 19.976 familias numerosas de Euskadi.

Los Barrondo son un caso excepcional. La media de hijos de estas familias es de cuatro y la mayoría tiene tres. Pero unas y otras vienen a compartir más o menos similares reivindicaciones. "No pedimos privilegios. Por tener un mayor número de hijos, nosotros estamos contribuyendo a la sociedad con más impuestos indirectos. Lo único que pedimos es que no se nos penalice por tener más hijos", argumenta la directora de la Federación de Asociaciones de Familias Numerosas de Euskadi (Hirukide), Natalia Díez-Caballero, madre de tres hijos.

Piden que se cobre la luz según los miembros de cada casa

Argumentan que sin niños será difícil sostener el sistema de pensiones

Etxezarreta pone un ejemplo práctico. Le parece injusta la decisión del Gobierno central de penalizar los consumos altos de electricidad sin tener en cuenta el número de miembros de cada familia. Expresa su queja mientras lucen la mayoría de las bombillas de su casa, 107 metros cuadrados ubicados en una céntrica calle de Irún que se han quedado "pequeños". Es la hora de la merienda y sus hijos se reparten por las habitaciones, el cuarto de baño y el aseo, el ordenador y la televisión. Cada día necesitan poner tres lavadoras. Y las camisas del uniforme del colegio esperan la plancha.

La Federación Española de Familias Numerosas, que este fin de semana celebra su 6º congreso nacional en Pamplona, ya ha presentado un recurso contra la decisión gubernamental. Aduce que vulnera el principio de igualdad que marca el artículo 14 de la Constitución. Y reclama que se cobre el consumo per cápita, según explica Díez-Caballero.

Esta federación ya logró hace unos meses una sentecia a su favor del Tribunal Supremo, que restablece que los descuentos a las familias numerosas en el transporte por carretera y ferrocarril sean acumulables a cualquier otro descuento preexistente, indistintamente del tipo o modalidad de billete. Sin embargo, una buena parte de las compañías que operan en el País Vasco incumplen la resolución.

"No estamos mendigando dinero ni pidiendo algo que no es razonable. Son unos descuentos obligados por ley", subraya Etxezarreta. Un donante "anónimo" les ha regalado hace poco una furgoneta de nueve plazas, que maneja ella. Su marido no conduce. No cabe toda la familia, así que a una parte no le queda más remedio que moverse en transporte público.

Hirukide solicita a las diputaciones de Guipúzcoa y Vizcaya que, como ha hecho la de Álava, reduzca el impuesto de transmisiones patrimoniales en la compra de viviendas de más de 120 metros cuadrados. Pide también a las instituciones forales que afronten "con valentía" el tema de la fiscalidad en el IRPF. Consideran que las familias con más hijos están "minusvaloradas", porque no se les desgrava de manera "justa" en relación a sus descendientes. "Reivindicamos que se nos devuelva de nuestros rendimientos de trabajo una cantidad económica más proporcional con respecto a la carga familiar que sustentamos, siendo acorde con lo que cuesta un hijo al año".

Con el bullicio de fondo de sus hijos, Etxezarreta y su marido admiten que, en su caso, sus creencias religiosas han influido en el elevado número de hijos que han tenido. "Estábamos abiertos a los que vinieran". Otras familias tendrán otros motivos. El caso es que la asociacion que las representa demanda para todas ellas que "puedan ejercitar una libertad tan básica como es el derecho a tener el número de hijos que uno quiera, sin que por ello estén discriminadas respecto al resto de los ciudadanos".

Y frente a quienes les puedan ver con malos ojos, se defienden: "Generamos riqueza, porque sin niños difícilmente se va a sostener el sistema de pensiones. Son el futuro", coinciden Etxezarreta y Díez-Caballero.