Un bastión en peligro
La federación municipal del PSC en Barcelona ha reunido su cónclave en un momento particularmente delicado, crítico. El partido socialista ha sido ininterrumpidamente la primera fuerza municipal desde 1979 y ha aportado los cuatro alcaldes del periodo democrático, pero ahora tiene más cerca que nunca al primer grupo de la oposición, el de CiU, del que en las últimas elecciones le separaron sólo 28.000 votos y dos concejales.
El principal bastión municipal socialista en Cataluña y en España está, pues, en peligro y los responsables del partido son muy conscientes de ello. No es que una alternativa muy potente le dispute la hegemonía. Es otra cosa. Es que 30 años no pasan en balde y las generaciones que los han protagonizado en el gobierno municipal acusan el desgaste.
Con muy buen criterio, los dirigentes que han encabezado la federación del PSC en Barcelona se han apartado para dejar paso a otros más jóvenes en el congreso de este fin de semana. Pero no se trata sólo de una cuestión generacional o de edad. Lo inquietante para el PSC, y para la mayoría municipal de izquierdas, es que, si bien resulta relativamente sencillo sustituir secretarios y presidentes de federación, e incluso alcaldes y concejales, en la presente coyuntura se está revelando mucho más complicado renovar y reimpulsar un proyecto de ciudad, despertar ilusión, crear el correspondiente liderazgo político y conectar con una base electoral en constante transformación.
Los socialistas fueron capaces de dirigir, con los alcaldes Serra y Maragall, la transformación de Barcelona de ciudad industrial a ciudad de servicios, y después, el alcalde Clos tuvo el acierto de encaminarla para ser capital del conocimiento, la base de la economía en sociedades que han pasado ya por la fase industrial.
Ésta no es, sin embargo, una guerra que se gane de un vez por todas, sino que se decide en mil batallas y entre una competencia cada vez más dura. Lo delicado para el PSC es que para hacer frente a esta situación no acierta a reformular el proyecto, el relato, mientras que Hereu, el líder que intentó crear para sustituir a Clos, no remonta en los sondeos de opinión después de haber cosechado en 2007 el peor resultado electoral en 30 años.
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