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Crítica:LIBROS | Escaparate
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La disección de la revolución conservadora

Josep Ramoneda

Ensayo. La revolución conservadora ha fracasado pero ha contaminado peligrosamente al mundo entero, empezando por las democracias más avanzadas que salen seriamente dañadas del experimento. Ésta podría ser una conclusión de La oca del señor Bush, el libro en que Lluís Bassets disecciona el proyecto ideológico y político de la última Administración republicana. Bassets acude a la metáfora del juego de la oca como estructura para un excelente ejercicio de transformación en libro de los materiales que ha ido construyendo en el seguimiento diario de la actualidad internacional, desde su columna de EL PAÍS.

Con los atentados del 11-S se produjo en todo el mundo una oleada de solidaridad y de adhesión a Estados Unidos sin precedentes. La ONU autorizó la intervención en Afganistán. Y el Gobierno estadounidense tuvo una ocasión inmejorable de compartir diagnósticos y soluciones con los principales actores mundiales y abrir un tiempo nuevo sobre la base de la cooperación y el entendimiento. La Administración de Bush y sus ideólogos prefirieron aprovechar la conmoción internacional para poner en marcha un plan que habían ideado cuando Clinton todavía estaba en el poder. Se trataba de ordenar el mundo al servicio de Estados Unidos sobre la base del despliegue de su poder militar, de la adaptación de las reglas de la comunidad internacional al dominio americano y de la modificación de las bases legales y culturales de la democracia americana. Bassets señala el momento simbólico que marca el paso de las ideas a los hechos: la invención de Guantánamo después de la ocupación de Afganistán y cuando ya se está pensando en invadir Irak. Es el principio de un proceso de degradación del liderazgo americano que permite, a Bassets, decir con razón que "la quiebra moral fue la mayor derrota". Como ha escrito Fukuyama, a ojos de los europeos Abu Ghraib y Guantánamo han sustituido a la Estatua de la Libertad como símbolo de Estados Unidos.

La oca del señor Bush

Lluís Bassets

Península. Barcelona, 2008

150 páginas. 18 euros

El juego de la oca, con los dados trucados por Bush, tiene sus casillas, sus jugadas y sus jugadores. Como dice Lluís Bassets, la cárcel y la muerte son las casillas principales, la esencia de este juego. No en vano Estados Unidos tiene una población carcelaria de 2,3 millones de personas, que da la más alta tasa del mundo por cien mil habitantes (726 presos). Durante este periodo se han multiplicado las detenciones ilegales, se han creado cárceles clandestinas, se han practicado secuestros de personas y se ha dado carta de naturaleza jurídica a la tortura. Un proceso del que, por cierto, Europa no sale en absoluto bien librada: los países europeos, la España de Zapatero incluida, aceptaron que las cárceles volantes aterrizaran en sus territorios y el trato proporcionado a los inmigrantes tiene mucho que desear con miles de personas recluidas en centros sin control judicial.

El diseño de las jugadas nace de un grupo de personajes que crecieron a la sombra de George Bush, padre: Dick Cheney, Paul Wolfowitz y Zalmay Khalilzad son quizá los más conocidos. Y se concretó en el Project for an American Century, publicado en 1998. La estrategia tiene dos brazos: el político, un activismo belicista en todos los frentes para consolidar la idea de la superioridad económica, cultural y moral de Estados Unidos, después de la victoria en la guerra fría. El ideológico, una revolución conservadora para reparar las consecuencias de la revolución de las costumbres de los años sesenta y de la guerra de Vietnam e instaurar un nuevo orden moral sobre "la prohibición del aborto, la consolidación de la pena de muerte, el papel central de la religión en la vida política y la disminución de los impuestos". Bush y los suyos han sustituido la cultura de la leal confrontación democrática por una cultura de guerra por la imposición de la verdad.

Los jugadores de la partida están en la mente de todos. Bush, por un lado, Osama Bin Laden y Sadam Husein, por otro. Después se incorporará el iraní Ahmadineyad. Al inicio del juego, en torno a Bush, se apelotonaba un gran número de actores. Casi todos ellos (Rumsfeld, Wolfowitz, Powell) han ido abandonando el barco a medida que las cosas se complicaban. Powell incluso se ha pasado de bando.

El resultado final es el desastre de una Administración que deja a su país debilitado en todos los aspectos: militar, cultural, económico, político e ideológico. Pero es también el efecto contaminante que ha producido en todas partes con importantísimos recortes en las libertades a cuenta del discurso securitario y con repetidos intentos de exportar la revolución conservadora. Al próximo presidente estadounidense le incumbe la tarea de recuperar la autoridad y el prestigio de su país. Para ello, como dice Bassets, deberá aceptar que "la superpotencia americana es necesaria pero ya no es suficiente". En cualquier caso, después de leer el libro de Lluís Bassets nadie podrá alegar ignorancia sobre los destrozos provocados en el mundo por el delirio neoconservador. -

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