La inquietud por la crisis atrae a los pequeños ahorradores a Borsadiner

"Tengo 70 años y no puedo volver a empezar. Si lo perdiera todo, ¿qué? La verdad es que oigo cosas muy interesantes, pero me voy con las mismas dudas. No sé dónde tengo que poner mi dinero", explica Juan Alba, que se describe como ex industrial y al que no le convence, por la baja rentabilidad, el viejo recurso de las Letras del Tesoro, que es deuda pública a corto plazo considerada muy segura por la elevada improbabilidad de que el Estado quiebre.

Alba es uno de los visitantes que ayer se acercó al Palacio de Congresos de Cataluña, donde ayer abrió sus puertas Borsadiner, el salón de los ahorradores, en medio de la peor tormenta financiera que vive el mundo en los últimos 80 años. A su lado, Manuel Vidal, de 72, recuerda: "de jóvenes nos decían que había que invertir en ladrillo porque la piedra siempre era piedra, y ahora resulta que la piedra ya no es piedra".

Son dos de los 20.000 visitantes a los que esta feria espera atraer hasta el próximo sábado, en particular por el acceso a las conferencias y coloquios de profesionales del maltrecho sector financiero.

El título del primero con el que arrancó el salón, Las Perspectivas de la Bolsa para Final de Año, atrajo como un imán a un buen puñado de inversores, que escucharon, apretujados en las sillas y unas cuantas decenas de pie alrededor de la sala, las prolijas explicaciones de Juan Carlos Ureta (Renta 4), Fernando Herrero (Inversis Banco) y Jaume Puig (GVC Gaesco). Analizaron a fondo los contornos de la crisis, pero la respuesta fácil más esperada por el auditorio no llegó.

"¡Qué vamos a decir hoy de evolución de la Bolsa, con la volatilidad que hay!", confesó el presidente de Renta 4, quien animó a los ahorradores a apostar y a atreverse, siguiendo el ejemplo del multimillonario empresario Warren Buffet, llamado el oráculo de Omaha, que adora la inversión a largo plazo y que en septiembre anunció una inyección de 5.000 millones de dólares (unos 3.400 millones de euros) en el banco Goldman Sachs. Puig habló del "pánico tremendo" del inversor, pero también de que aquellos que tienen agallas (y dinero sobrante) para tomar posiciones en momentos como éste "suelen tener su recompensa". "¿Cuándo comprar acciones? El miedo es libre", añadió Herrero.

Muchas de las preguntas del público fueron auténticos arrebatos contra los gestores de fondos de inversión, los banqueros, las agencias de calificación, los gobiernos... todos los supuestos culpables de la hecatombe.

Los responsables del salón y los comerciales de muchas empresas expositoras intentaron replicar el pesimismo dominante con llamamientos a la inversión. De nuevo, invocando a Warren Buffet. También por parte del banquero y presidente del comité organizador de Borsadiner, Carles Tusquets. "Con sólo 1.000 euros todos podemos ser un Warren Buffet a pequeña escala", dijo, tras recordar que quien quiera una rentabilidad del ahorro por encima de lo que se encarecen los precios "deberán asumir cierto riesgo", dijo.