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Reportaje:

Una bomba cada tres días

La Guardia Civil desactiva una media de dos artefactos a la semana procedentes de los frentes de la Guerra del 36

F. Javier Barroso

Más que sorprendidos se quedaron los operarios que estaban haciendo unas obras en el garaje de una vivienda de Morata de Tajuña (6.800 habitantes). Lo que parecía una tubería vieja de grandes dimensiones resultó ser una bomba de más de 250 kilos de peso. Artefactos como éstos son habitualmente desactivados o explosionados en un lugar seguro por los especialistas de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil. Sólo en los últimos cuatro años han tenido que manejar 583 bombas y granadas, según informó ayer el instituto armado.

La supuesta tubería era una bomba de aviación de fabricación alemana de 113 centímetros de altura y 35 de grosor. Contaba con dos espoletas y estaba lista para estallar, pese a que habían transcurrido más de 70 años desde que fue soltada en plena Guerra Civil. La potencia era tal que la metralla llegó a más de 1.500 metros cuando fue explosionada por los especialistas en desactivación de explosivos (Edex) de la Guardia Civil.

Los excursionistas encuentran a veces granadas en la sierra durante sus paseos
Las obras en Arganda y Brunete han hecho aflorar muchos explosivos

Y es que la región está plagada de estos artefactos, según explica el sargento, jefe de la unidad de artificieros. "De media, solemos desactivar una bomba cada tres días. Eso sí, hay días que tenemos tres o cuatro incidencias y en puntos alejados de la región", asegura el responsable de los Edex. Sólo en los últimos cuatro años su unidad ha hecho frente a 583 artefactos, entre los que destacan 26 bombas de aviación, 61 espoletas, 7 granadas de mano, 99 de mortero y 330 proyectiles de artillería. El problema es que la región tuvo durante la Guerra Civil tres frentes muy importantes, y durante mucho tiempo: el de la autovía de Valencia -con municipios como Arganda y Rivas-Vaciamadrid-, el de Brunete y la sierra, en especial Guadarrama, Navacerrada y Rascafría.

"En los últimos años hemos tenido mucho movimiento en los dos primeros [Valencia y Brunete] porque ha habido movimientos de tierras por las construcciones de muchas urbanizaciones. Por el contrario, en la sierra suelen ser los excursionistas y senderistas los que se encuentran las bombas", detalla el sargento.

Un aspecto que suelen desconocer los coleccionistas y las personas que se encuentran estos artefactos es que el explosivo no caduca. Los artefactos suelen estar compuestos por trinitrotolueno o amatol, que resisten perfectamente el paso del tiempo. Lo único que puede pasar es que descienda la velocidad de detonación, pero su efecto destructivo permanece intacto. "Mucha gente se dedica a almacenarlos o los coge sin saber que les puede matar", añade el sargento.

Cuando un caminante o unos obreros encuentran la bomba, lo que deben hacer es avisar a la Guardia Civil. "Los primeros que van son los agentes de la zona, que comprueban si realmente es una bomba. En cuanto exista la más mínima duda, salimos a verla", relata el responsable de los Edex, una unidad formada por seis especialistas que trabajan en turnos de 24 horas.

La forma de actuar varía en función del lugar donde se halle el artefacto. Si es una zona abierta, como el campo o una montaña, se le adosa un explosivo plástico y se estalla. En caso de que sea localizada en un lugar habitado o urbano, se saca de esa área y se explosiona en alguna cantera o en sitios ya controlados. "Sólo nos quedamos con los artefactos más raros o desconocidos, o aquellos que son muy fáciles de desactivar. El resto no suele tener importancia para su conservación. A veces se las dejamos al puesto de la Guardia Civil donde se ha encontrado. Pero lo habitual es que se destruya", añade el sargento. La unidad, con sede en Tres Cantos, dispone de hecho de un pequeño museo de artefactos recogidos en la región.

La Guardia Civil dio ayer unos consejos a las personas que localicen un artefacto. Además de no tocarlo y avisar de inmediato al instituto armado, lo correcto es señalizar el lugar del hallazgo. Además, se debe desconfiar de las personas que supuestamente conocen estas bombas. Por último, la tenencia o depósito de explosivos sin la correspondiente autorización es un delito.

Bomba hallada en un garaje de Morata de Tajuña.
Bomba hallada en un garaje de Morata de Tajuña.GUARDIA CIVIL

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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