Iniciativa emplaza a la Generalitat a ser más activa en la crisis de Nissan
La empresa confía en que la Generalitat aprobará un expediente "justificado"
Crece el repudio al anuncio de Nissan para echar a 1.680 trabajadores de su planta de Barcelona, el 37,5% de la plantilla, y aumenta la presión para que la Generalitat rechace la medida y tome cartas en el asunto. Por parte incluso de los propios socios de Gobierno del presidente José Montilla, que, de momento, no ha conseguido convencer a la multinacional de que dé marcha atrás.
A las arengas de los sindicatos y de la oposición, se sumó ayer ICV. El secretario general de la formación ecosocialista, Jordi Guillot, emplazó a Montilla a que se emplee más a fondo, que lidere las negociaciones con Nissan y que no acepte el futuro expediente de regulación de empleo (ERE) que la compañía tiene previsto presentar esta semana. "Tiene que evitar que su futuro balance de gobierno sea la destrucción del tejido industrial catalán, especialmente el de la automoción", espetó Guillot.
No se trata únicamente del despido colectivo más voluminoso presentado en España desde la crisis de 1993. Para ICV, sería "el principio del desmantelamiento" de la empresa. "Eso significará que en dos o tres años, la empresa está desmantelada", aseguró Guillot tras reunirse con dirigentes de Comisiones Obreras (CC OO) del sector del metal.
Además, cada puesto de trabajo que se pierde en el sector del automóvil se traduce entre tres o cuatro despidos entre sus proveedores. De momento, tres suministradores de Nissan planean mandar a casa a 450 trabajadores.
El secretario general de ICV insistió en apuntar a Montilla. "Sin tejido industrial, este Gobierno no tiene futuro. Un gobierno de izquierdas no puede tener una actitud pasiva ante una crisis de esta envergadura. Es necesaria una actitud más activa liderada por Montilla ante un sector tan estratégico".
El presidente de la Generalitat no consiguió que la entrevista que mantuvieron la semana pasada en París el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el presidente de la alianza Nissan-Renault, Carlos Ghosn, tratara la crisis de la factoría barcelonesa. Sebastián si tuvo, posteriormente, una reunión con la dirección de Nissan
Guillot reclamó la necesidad de obligar a la multinacional japonesa a presentar un plan industrial que dé viabilidad y futuro a la compañía, algo que la compañía no ha hecho, más allá de recordar que si adelgaza, en 2010 optará a fabricar algún modelo nuevo. La vida de los actuales, los todoterrenos Pathfinder y Navara y la furgoneta comercial Primastar termina en 2012, en el mejor de los casos.
Es lo que expuso ayer la dirección de la multinacional en España a la consejera de Trabajo, Mar Serna. La consejera ya advirtió la semana pasada que la Generalitat analizará con lupa que el futuro ERE esté justificado y sea proporcional (los sindicatos lo ven excesivo). Pero, de momento, nadie del Gobierno catalán ha conseguido disuadir a Nissan de sus planes. Ayer, un portavoz del fabricante se mostró confiado en que la Generalitat aprobará la medida, que la empresa considera totalmente "justificada".
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