Memoria y olvido
No soy de derechas ni de izquierdas. Casi toda mi vida la he vivido en democracia. Y procuro ser una persona ecuánime y poco visceral. Sinceramente, no entiendo la necesidad del auto del juez Garzón para desenterrar a los muertos en la Guerra Civil, ni me parece conveniente por las siguientes razones:
¿Para qué reabrir unas heridas que ya estaban cerradas? Lo que se conseguirá es dividir el país al fomentar el afán revanchista de todos los que tienen víctimas de uno y otro lado. La crispación que ha generado ya se puede comprobar escuchando las tertulias radiofónicas estos días.
¿Está justificado, en plena crisis y con la carencia de medios que se dice que padece la Administración de justicia, dedicar cantidades enormes de dinero y de recursos humanos, para al final no poder imputar a nadie por haber muerto o haber prescrito los posibles delitos?
Con el desprestigio que ya tiene la justicia en nuestro país, en el que ya casi nadie cree en su independencia, ¿podrá alguien pensar que no está politizada, después de esta iniciativa del juez Garzón? Me parece que si se dejara en paz a los muertos, los vivos también gozaríamos de mayor paz y concordia.