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Una mujer denuncia a un hospital tras romperse allí la cadera

Una familia denuncia al Infanta Leonor por negligencia

Pilar Álvarez

La pierna izquierda de Eladia Campanero, de 72 años, está sujeta con un contrapeso. La anciana, enganchada a un respirador, permanece sedada en el hospital Infanta Leonor de Vallecas. Ingresó hace 10 días en urgencias -donde la familia asegura que pasó casi 24 horas en un sillón- por una insuficiencia respiratoria. Saldrá con una cadera rota. Se la fracturó en la madrugada de ayer, cuando estaba sola en la habitación.

La familia ha presentado una reclamación contra el hospital. Denuncian que la anciana se cayó en plena noche porque su cama "no tenía puestas las barras protectoras". Una portavoz del hospital aseguró que la cama sí estaba protegida y que fue la mujer quien quiso salir por sus medios sin pedir ayuda. Eladia y su marido, Santiago Hernández, viven en un segundo piso sin ascensor en Entrevías.A Santiago Hernández le avisaron a las cinco de la mañana. Su mujer se había roto la cadera en la habitación 210 del pabellón B del hospital Infanta Leonor. "No le pusieron la barrera, no se la pusieron", insistía ayer el hombre junto a la cama de la mujer, Eladia Campanero. Así consta en la reclamación presentada contra el hospital de Vallecas. Que no había protección -"yo me fui de aquí de noche y no se la habían puesto", asegura el marido- y que los enfermeros "oyeron el ruido del golpe y los gritos y acudieron". Una portavoz del hospital aseguró ayer que las barreras sí estaban colocadas y que fue la mujer quien quiso salir por sus propios medios sin avisar a los enfermeros.

Pilar Hernández, la hija de Eladia, señala el hueco libre que queda con la barrera puesta. "¿Tú crees que mi madre cabe por ahí?". La anchura de la parte descubierta es de dos palmos, unos 40 centímetros, a los pies de la cama. Eladia no habla. Sólo abre los ojos una vez, para quitarse la mascarilla y pedir agua.

La anciana lleva 10 días en su habitación individual del Infanta Leonor. Es una asidua de los hospitales desde hace 18 años, cuando comenzaron sus problemas cardiorrespiratorios. La lista de dolencias es larga: insuficiencia cardiaca, renal, hepática y respiratoria, demencia senil, escasa movilidad... y la cadera.

El marido cuenta que ya le costaba trabajo salir a la calle antes de la lesión. "Yo hago la compra y la comida y todo, ella se tira meses metida en casa". Viven en un segundo piso sin ascensor en el barrio de Entrevías.

Su última visita al Infanta Leonor comenzó la tarde del 4 de octubre, cuando acudieron a urgencias por una insuficiencia respiratoria. La mujer esperó "en un sillón y sin atención médica hasta la tarde siguiente", asegura su hija. "Se le hincharon las piernas y se puso mucho peor", añade. La portavoz del hospital replica que la sala de urgencias en la que están los sillones "reúne todas las condiciones de confort" y que la anciana estuvo bien atendida. Un especialista de urgencias de un hospital público consultado por este periódico explicó que los sillones resultan cómodos durante unas horas, en ningún caso para pasar una noche entera.

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La Asociación del Defensor del Paciente, que preside Carmen Flores, ha enviado una carta a la Consejería de Sanidad para exigir "medidas inmediatas" tras lo sucedido. En caso contrario, según la carta, denunciarán el caso a la fiscalía de Madrid.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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