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Reportaje:

Guerra de nervios en Navantia

El rumbo del grupo subleva a los sindicatos, que convocan un paro de dos horas - Las centrales afirman que se ha desmantelado la división de turbinas eólicas

El rumbo que la actual cúpula de Navantia y SEPI están imprimiendo al grupo naval público ha sublevado a los sindicatos, en un conflicto con muchas aristas y varios frentes especialmente enquistados en los astilleros de la ría ferrolana. En las últimas semanas, con la mesa negociadora paralizada, la parte social lanzó un órdago político para pedir la cabeza del presidente de la compañía, Juan Pedro Gómez Jaén, en un tira y afloja de tensiones continuas que se reproducirán de nuevo mañana, con un nuevo paro laboral de dos horas previsto en todas las factorías del grupo.

Navantia contraatacó esta semana a la decisión de los trabajadores de no hacer horas extras abriendo un expediente por un piquete informativo que el pasado sábado "impedía el acceso selectivo de los trabajadores a sus puestos" en el buque Juan Carlos I y anunciaba que adoptaría las "medidas oportunas para acabar con este tipo de comportamientos". Con las gradas repletas hasta 2014 y 6.000 millones de euros en la cartera de pedidos -1.900 millones en 2008- en distintos proyectos para los gobiernos de Noruega, Australia y España, el Comité Intercentros de Navantia alerta de las "nefastas políticas de despilfarro" del grupo en subcontrataciones masivas. También denuncia la proliferación del "chabolismo industrial" entre las compañías auxiliares y el desmantelamiento encubierto de la división de Turbinas, que en los últimos años engordó la facturación de la compañía fabricando motores para el sector eólico.

La instalación de Gamesa en Astano "no tiene visos de salir adelante"
Los empleados deciden oponerse a realizar horas extraordinarias
La compañía admite que cerrará el ejercicio de 2008 en números rojos

Esta unidad productiva, radicada en el astillero de Ferrol, que pasó de ser un área con entidad propia a integrarse en la factoría naval, sirve de argumento a los sindicatos para ilustrar la política "errática y comercialmente inadecuada" de la actual dirección, que "abocará a la empresa a una nueva quiebra técnica en pocos años". "Turbinas facturaba millones y generaba, sobre todo, un enorme beneficio social para la industria auxiliar dentro y fuera del astillero en un sector de presente y futuro", señala el presidente del Comité Intercentros, Ramiro González. Los 68,6 millones de euros que Turbinas Eólicas movía en 2003 -cuando Navantia todavía era Izar- se quedaron en poco más de 18 millones en 2007 y apenas superan los 702.000 euros en 2008, según datos de la compañía. Navantia argumenta que la pérdida de un contrato con Siemens la descabalgó del eólico. González sostiene que fue la multinacional alemana la que "detectó una apuesta política soterrada por suprimir el eólico en Navantia y externalizarlo".

"Ese mercado se esfumó", resume González. Considera, además, que esta decisión está estrechamente relacionada con la apuesta de la Xunta por rentabilizar los terrenos ociosos de la antigua Astano (Fene) dentro del sector de las energías renovables, opción por la que se interesó Gamesa, de capital vasco y con importante presencia en la comarca. "Era una decisión que tenía que tomar Gamesa y no tomó. No tiene visos de salir adelante", admite un portavoz de la compañía favorable a implantar en la factoría fenesa nuevos usos que no entren en competencia con la construcción naval. Los sindicatos se opusieron frontalmente a privatizar esos terrenos -200.000 metros cuadrados de la antigua Imenosa con instalaciones portuarias propias-, pero precisan que escucharían las propuestas que refuercen las capacidades del grupo público.

Navantia nació en marzo de 2005 sobre las cenizas de la deficitaria Izar como una empresa nueva y saneada ceñida a las exigencias de Bruselas, que la relegaron al sector militar, con un tope máximo de 5.562 trabajadores. Aspiraba a generar 20 millones de euros en beneficios. En 2006 cerró su primer ejercicio completo con 34,6 millones de euros en negativo. Remontó para equilibrarse en 2007 con un saldo positivo de 156.000 euros más que modesto, y la compañía ya admite que cerrará 2008 en números rojos. La compañía justifica las pérdidas por "el encarecimiento de los materiales, las rigideces sindicales y la escasa definición tecnológica de los proyectos heredados".

Desde el Comité de Navantia Ferrol precisan que "la factoría dio beneficios en todos los proyectos" y argumentan que, pese a eso, la SEPI apostó en 2004 por suprimir las divisiones de Turbinas y Carenas (Reparaciones) minimizando la cuota de construcción civil en la ría, limitada por Bruselas al 20% de la facturación global del grupo. "Su interpretación del modelo naval es puramente militar", asegura González. Entiende que existe un interés por limitar las capacidades de los astilleros gallegos pese a que la división de reparaciones "sigue batiendo récords de trabajo y ocupación".

Los trabajadores se movilizarán mañana para exigir la negociación del plan industrial, el convenio único y la mesa reguladora de la industria auxiliar. Navantia ha citado a los sindicatos el viernes como muestra de su "voluntad negociadora", aunque tacha el conflicto de "artificial" y meramente económico. "El nivel salarial está un 50% por encima del sector", aseguran desde Navantia. Los trabajadores reclaman una subida del IPC más un punto y acusan a la dirección de "desaprovechar una oportunidad de oro".

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