Un lodazal donde juegan los niños
Los vecinos de El Gallinero siguen sin poder entrar en sus chabolas
La miseria tiene nombre y apellidos en la capital. Es el poblado chabolista de El Gallinero, en el distrito de Villa de Vallecas. Los niños juegan desnudos con el agua, mientras los bomberos intentan achicar los miles de litros acumulados en la entrada al campamento, situado junto a la autovía de Valencia (A-3).
"Hemos tenido que pasar la noche en el coche, con mucho frío, porque nuestra casa está llena de agua", se queja Nicolai, un rumano que lleva tres meses en el poblado. Tiene tres hijos, con edades entre los cuatro y los siete años. Igual que él están otras 34 familias. Algunas ven cómo sus infraviviendas están rodeadas de un enorme charco. Sólo se han librado las chabolas más altas.
"Es una vergüenza. No tienen medios, ni comida, ni nada. Durante la anterior tormenta repartimos 180 colchones. Ahora han quedado inservibles y nadie, ninguna Administración, se preocupa de lo que ocurre aquí", protesta Ángel Castiblanque, voluntario de la parroquia Santo Domingo de la Calzada.
A unos 10 kilómetros de allí, otras familias se afanan en limpiar sus casas. Son vecinos de Coslada. Entre ellos está Jesús Bugallo Zamora, cuya madre murió en la primera riada. Su casa también ha quedado anegada. El agua ha superado el metro y medio de altura. Ahora vive en un hostal pagado por el Ayuntamiento, pero sólo hasta el viernes. Luego, irán a la calle. "No quieren poner solución a nuestro problema. Si a Esperanza Aguirre le interesara, acababan con el colector de la M-45 en una semana", protestaba Bugallo. Ha denunciado a todas las administraciones por la muerte de su madre.
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