Europa alivia la crisis al apoyar el sistema financiero con más de dos billones

La promesa de un aluvión de millones, lanzada por Gobiernos y bancos centrales de todo el mundo, para sacar al sistema financiero del colapso devolvió ayer el optimismo a las Bolsas, que dejaron atrás la peor semana de su historia. Tras un fin de semana de negociaciones para acordar un plan de acción común en Europa, los países de la zona euro y el Reino Unido han puesto sobre la mesa más de dos billones de euros para recapitalizar las entidades financieras en apuros, avalar sus préstamos e inyectar liquidez en el mercado. A uno y otro lado del Atlántico, los bancos centrales se unieron para suministrar dólares sin límite con el objetivo de facilitar los créditos entre entidades.

El Euríbor vive su mayor bajada desde enero, hasta el 5,425%

Wall Street sube un 11% después de registrar su semana más negra

Por primera vez en muchos días, los inversores han respondido a las medidas de política económica y monetaria de acuerdo con el guión. Los Gobiernos dieron ayer los detalles de sus multimillonarios planes de intervención para la banca y las Bolsas europeas subieron más del 10%, con varios récords: los índices principales de la Bolsa española, alemana y francesa registraron los mayores avances de la historia. En Nueva York, el Dow Jones cerró con un alza del 11,08%. El petróleo también subió con fuerza.

El repunte llega después de que los mercados cerraran el viernes una semana negra. El pánico a una recesión global impidió la semana pasada que la bajada conjunta de los tipos de interés acordada por los seis grandes bancos centrales repercutiera en la economía real. Las cosas cambiaron ayer. Los mercados empiezan a creer que los esfuerzos de las autoridades van a servir para algo. En el mercado interbancario, el Euríbor a 12 meses vivió su mayor descenso desde enero, hasta el 5,425%, la cota más baja del mes.

Siguiendo el ejemplo del Reino Unido, que destinará 512.000 millones a apoyar a la banca, los países del euro anunciaron sus planes de rescate para sacar al sistema financiero del colapso y evitar, a toda costa, que otros bancos sigan el camino de Lehman Brothers, que quebró hace un mes. Bien para recapitalizar los bancos que lo necesiten, para avalar deuda, comprar activos o garantizar préstamos entre entidades, éstos son los países que ayer tomaron medidas: Alemania (500.000 millones), Francia (360.000 millones), España (100.000 millones, que se unen a los 50.000 ya anunciados), Holanda (200.000 millones), Austria (100.000), Noruega (40.000 millones) y Portugal (20.000 millones). También hay que añadir el compromiso de Irlanda de garantizar por dos años todo el pasivo de los bancos de la isla, cifrado en 400.000 millones.

En EE UU, el Tesoro trabajaba en las líneas concretas del plan de rescate de 700.000 millones de dólares (medio billón de euros). El programa iba a centrarse en la compra de activos tóxicos (títulos vinculados a las hipotecas basura), pero todo indica que incluirá la compra de acciones. Lo cierto es que la propuesta de recapitalizar las entidades, lanzada por el Reino Unido, ha acabado marcando el camino de otros países. "Aun con la acción coordinada de los Gobiernos, es probable que caigan más bancos", advierte Philip Finch, analista de UBS.

Bruselas quiere evitar que las gigantescas ayudas públicas destinadas a salvar los bancos sean aprovechadas por algunas entidades para obtener ventajas competitivas frente a otras. Con el objetivo de evitar que "se produzcan desproporcionadas distorsiones de la competencia", la Comisión Europea aprobó ayer una comunicación en la que se establecen las orientaciones que deben tener en cuenta los Gobiernos.

En relación con las garantías de los depositantes, Bruselas advierte de que se produciría una significativa distorsión de la competencia si se excluye a alguno de los actores del mercado del beneficio de esta protección. También se establece que debe evitarse que "las instituciones beneficiarias de ayudas emprendan una expansión agresiva con la ayuda de estas garantías, en detrimento de los competidores no cubiertos por tal protección".

Las aportaciones de fondos para el fortalecimiento de los recursos propios de los bancos no representarán, sin embargo, una carga para los presupuestos de los respectivos Estados. Son inyecciones de capital, en buena parte recuperables, y avales. Por tanto, no se contabilizan como un gasto que implicaría un aumento del déficit público. Algunas sí supondrán aumento de la deuda.

La crisis ha vuelto a reabrir el debate sobre el déficit público y el objetivo de alcanzar déficit cero para 2010, que sin duda será tratado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que empieza mañana en Bruselas.