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Crónica:CARTA DEL CORRESPONSAL | Río de Janeiro | Economía global
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una selva de teléfonos móviles

Juan Arias

Además de la Amazónica, Brasil tiene hoy una verdadera selva de teléfonos móviles: 150 millones, que suponen el quinto mercado mundial. Se calcula que en poco tiempo el número de aparatos equivaldrá al número de habitantes: 180 millones. Si se excluye a los niños y a las familias aún en la miseria, se puede afirmar que ya existe más de un móvil en cada familia.

Ello ha significado una verdadera revolución en un país donde, cuando yo llegué como corresponsal, en 1998, un teléfono costaba mil dólares y aun a ese precio no era fácil conseguirlo. El teléfono era un lujo de las clases medias del país. En diez años, las cosas han cambiado radicalmente. Hasta en pueblos pequeños es imposible ver a un alumno en las escuelas sin su móvil o un peón de albañil, a veces analfabeto.

El de Brasil es el pueblo más comunicativo del mundo
En poco tiempo habrá un aparato por cada brasileño: 180 millones

Es un fenómeno nuevo que ha cambiado también la faz de las más de mil favelas de Río de Janeiro, con un total de un millón de habitantes. Se calcula que la media de los móviles en las favelas es el mismo de los otros barrios de la ciudad. Se piensa que pueden llegar a dos millones los teléfonos móviles usados en las favelas si se tiene en cuenta que los traficantes de drogas y los miembros de las milicias ilegales que actúan en aquellas comunidades usan cada uno hasta media docena de móviles.

Entre las clases medias no existe familia donde no haya más de un móvil. En las mismas cárceles de máxima seguridad existen miles de móviles llevados a los presos por los abogados, los agentes de custodia o los familiares. Esta misma semana descubrieron media docena de móviles escondidos dentro de manzanas huecas.

¿Por qué esta fiebre de teléfonos móviles en Brasil? Existen varios motivos. El número de pobres en el país ha bajado drásticamente gracias a las poderosas ayudas sociales del Gobierno, como la Bolsa Familia, que alcanza casi a 50 millones de personas. A ello hay que añadirle la apertura, después de años, al crédito fácil, y que se trata de un país en pleno desarrollo económico.

Lo que ha ocurrido con los móviles ha pasado con los DVD, las televisiones con antena parabólica, las neveras, las máquinas de lavar, las motos y los coches, uno de los mayores mercados, ya que hoy una familia que gana 1.000 reales (400 euros) puede comprarse un coche pagado en ocho años con una cuota mensual de 400 reales.

Los que visitan las barracas de las favelas o las casas pobres del noroeste del país se admiran viendo cómo en ellas no falta ningún electrodoméstico.

Existe además, por lo que se refiere a la fiebre de los móviles, el hecho de que los brasileños son el pueblo más comunicativo del mundo. Basta que le digas buen día a la persona que se sienta a tu lado esperando un autobús para que te cuente vida y milagros de él y de toda su familia. Imposible alguien sentirse solo en Brasil, en cualquier parte del país. El sentido de solidaridad, de querer compartir experiencias y emociones por parte de chicos y grandes es enorme y generalizado. De ahí que el móvil haya sido como un plus de posibilidades de comunicación a todos los niveles. Ahora todos y en cada momento están comunicados con todos. Ello hace parte de esa vocación de los brasileños a la felicidad, a disfrutar de lo poco o mucho que tienen, de su filosofía de trabajar para vivir y no al revés.

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