20-A en Barajas
La tripulación del MD-82, cuyo accidente del 20 de agosto provocó la muerte de 154 personas, en ningún momento fue consciente del peligro dado que fallaron los mecanismos que deberían haber alertado sobre la causa probable del fallido despegue: el hecho de que no se desplegaran los alerones, imprescindibles para la maniobra. Ésa es la principal conclusión del informe preliminar, presentado 49 días después del siniestro y elaborado por la comisión de investigación constituida al efecto.
Es significativo que del informe haya desaparecido toda mención a antecedentes que sí figuraron en un borrador con el que trabajó la comisión: un accidente similar y con idéntico número de muertos ocurrido en Detroit en 1987, a raíz del cual Boeing indicó a las compañías que comprobaran en cada vuelo el funcionamiento de los sistemas de alerta en el despegue. Pero Spanair, 21 años después, sólo obligaba a sus pilotos a hacer la comprobación en el primer vuelo de cada día o cuando cambiasen los dos pilotos. Ese hecho llevó a incluir en el borrador dos recomendaciones urgentes dirigidas a todas las compañías con ese tipo de aparatos para que comprobaran siempre el funcionamiento de esos mecanismos.
Los representantes de los pilotos han expresado su satisfacción por la desaparición de todo señalamiento de responsabilidades personales y también corporativas, lo que satisface a Boeing (no se cita el antecedente de Detroit), y a Spanair (no se menciona que no cumplía la recomendación de la empresa fabricante del avión). La comisión podrá alegar que la ley indica que el fin de su investigación no es señalar responsabilidades o culpabilidades, sino prevenir futuros accidentes. Sin embargo, ¿cómo va a prevenir accidentes si tras descubrir que hubo dos fallos graves, con algún antecedente similar, ha optado por renunciar a hacer recomendaciones en el informe preliminar?
La comisión ha dicho que seguirá investigando en busca de "evidencias adicionales". Quizás dentro de un año figuren las mismas recomendaciones que se incluyeron en el borrador y luego se suprimieron. Pero si para entonces se hubiera estrellado otro aparato similar por idénticas causas, todos se lamentarán de que la comisión no hubiera aprobado medidas preventivas, cuando, además, aplicarlas no supone un sobrecoste para las compañías, sino, simplemente, aumentar las precauciones antes del despegue.
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