Más tolerante, más progresista
El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, declara en una entrevista a L'Espresso que un gran número de gitanos se ha ido a la más permisiva España de Zapatero.
La verdad es que el señor Maroni tiene razón. La España del siglo XXI es bastante más permisiva, tolerante, progresista y social que la Italia de Berlusconi de la misma época. No son sólo leyes como la de la memoria histórica, la ley de dependencia, los matrimonios homosexuales, los 2.500 euros, etcétera; es la manera de tratar la inmigración, la ciudadanía y la sociedad en general. Es la forma de tratar a los ciudadanos, a los nacionales y a los extranjeros.
La política italiana en materia de inmigración no es un ejemplo a seguir. Sin embargo, el señor Maroni se atreve a desprestigiar a España. No se ha dado cuenta de que la grandeza de un país para muchos ciudadanos de la Unión no reside en pertenecer al G-8, ni en hacer reuniones a cuatro en las que algunas veces te invitan y en otras no, no reside en que tu presidente controle la mayor parte de los medios de tu país, ni que tenga por ahí varios casos abiertos con la justicia.
El señor Maroni debería saber que lo que nos avergüenza a muchos ciudadanos españoles es la foto de las Azores y actos por el estilo. Nuestro país es grande por tener una mente abierta a los nuevos retos que deparan a las sociedades modernas.
Muchos de los que conformamos la ciudadanía española estamos orgullosos de que nuestro país abandone guerras en las que nunca tuvimos que participar, ofrezca mayores derechos independientemente de la condición sexual de sus ciudadanos, garantice leyes como la de la dependencia y en definitiva ofrezca un Estado de bienestar que tenga en cuenta a las personas.
Seguro que se pueden hacer mejor las cosas, que hay que seguir trabajando, que es necesario poner mayor énfasis en el ciudadano, que muchas cosas en la España de hoy son mejorables... Seguro.
Entre todos los que defendemos la España más social y de derecho tendremos que aportar nuestro granito de arena para parecernos lo menos posible a la Italia del señor Maroni y Berlusconi. Otra Italia es posible.
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