Sentimientos y leyes
Acabo de escuchar a la señora Miren Azkarate, portavoz del Gobierno vasco, unas declaraciones en las que criticaba la decisión del Tribunal Constitucional sobre el deber de los ertzainas de jurar / prometer la Constitución, advirtiendo de que "los sentimientos no se imponen".
¡Naturalmente! No creo que a ningún ertzaina le obliguen a enamorarse de Pepita, Nekane, Ingrid o Manolo. Pero es que la Constitución no son sentimientos sino leyes, y las leyes no se sienten, se cumplen.
Yo, por ejemplo, no tengo ningún sentimiento amatorio -ni siquiera amistoso- sobre la ley que me obliga a pagar impuestos, pero estoy seguro de que a su correligionario José Luis Bilbao no le haría mucha gracia que mi desapego sentimental hacia las obligaciones tributarias me animase a no cumplirlas.
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