El viaje de los arquitectos para "pensar Madrid"
Profesionales europeos exploran en autobús el crecimiento urbano
De Sanchinarro a la Cañada Real Galiana, pasando por un ecoparque que produce biogas cimentado en las basuras de Valdemingómez. De la arquitectura iconográfica de los nuevos barrios y los despachos profesionales o lofts como viviendas falsas, a la autoconstrucción imprevisible. De los ensanches y PAUS a la avenida de la marginalidad, donde se mezclan las chabolas y los narco-chalés.
Un equipo de exploradores urbanos comenzó ayer un viaje por los territorios que simbolizan el crecimiento -con sus logros y sus tropelías- y recorrieron en un autobús las venas/carreteras de la ciudad. Era la primera tarea de Piensa Madrid, un taller comisariado en La Casa Encendida por los arquitectos Ariadna Cantis y Andrés Jaque y planteado como laboratorio de ideas de mejora y cambio para arquitectos, urbanistas, sociólogos, paisajistas..., ya que "como otras ciudades de su complejidad, Madrid se enfrenta a desafíos políticos, económicos y medioambientales que afectan a sus habitantes".
Con La Casa Encendida como punto de partida y trabajo ayer se subieron al bus profesionales que han participado en edificaciones y proyectos de planificación de Madrid, como Belinda Tato (Ecosistema Urbano), José María Ezquiaga, Juan Herreros o Salvador Pérez-Arroyo, y expertos europeos, como Francesca Ferguson, directora del Museo Suizo de la Arquitectura en Basilea y creadora de la red internacional Urban Drift; Maurizio Carta, de Palermo, autor de Creative cities; Fabio Casiroli, experto en movilidad sostenible, o Marie Vanhamme, presidenta del Centro Internacional para la Ciudad, la Arquitectura y el Paisaje, de Bruselas.
Hoy realizan su segundo viaje en autobús y completarán otra jornada de debates. Jóvenes arquitectos de los colectivos Zuloark (www.zuloark.com) y PKMN ( www.pkmn.es) han diseñado un cuaderno de campo (con el título irónico de Agenda de la construcción 2008-2016), cuyas conclusiones se volcarán en Internet y en un libro.
Ayer ya verbalizaban sus sensaciones: "El paisajismo sucumbe frente al cemento y las zonas inútiles o inaccesibles" (Ferguson, Casiroli); "hay barrios en los que falta vida, parece que no los habita nadie" (Jaque, Tato, Vanhamme); "los bloques y los desarrollos son como ciudadelas, como islas, ensimismadas en el interior, sin abrirse al espacio público" (Ezquiaga); "permanece la sensación de lo inacabado, de lo desordenado, el centro urbano se deja a la deriva y se huye a la periferia" (Herreros)... "Una ciudad no es más creativa por sus edificios emblemáticos, sino por utilizar la creatividad como herramienta para la calidad de vida y la cooperación con la comunidad...", señalaba Carta. ¿Y cómo asumir el chabolismo y las infraviviendas? "Sin ignorar que existe. Son parte de todas las ciudades. Pero con tirarlas no se soluciona el problema. Hay que dar facilidades. Abordar el problema sin olvidar los derechos humanos", decía Ferguson.
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