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Crisis financiera mundial | Cambios en el mapa bancario

Hypo Real Estate cae un 34% pese al rescate del Gobierno alemán

Berlín considera "impensable" la permanencia de los directivos de la entidad

El banco Hypo Real Estate (HRE) sigue acaparando la atención que han arrojado sobre él los dos planes de salvamento aprobados en una sola semana por el Gobierno alemán para intentar rescatar a la segunda entidad hipotecaria del país. Su valor en Bolsa se desplomó ayer un 33,74%, una señal clara de que los inversores opinan que el acuerdo alcanzado el domingo pasado es insuficiente.

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Las acciones del HRE cayeron por enésima vez desde enero pasado -desde entonces acumula una pérdida del 88,54%- y los inversores alemanes se desayunaron con las palabras del ministro federal de Hacienda, el socialdemócrata Peer Steinbrück (SPD), sobre la "impensable" permanencia de los directivos del HRE en sus cargos.

La quiebra de la entidad, aplazada de momento gracias a la línea de crédito extraordinaria de 50.000 millones de euros acordada en la noche del domingo por el Gobierno y representantes financieros alemanes, no es aún descartable. Sobre sus graves consecuencias para la economía alemana se especula desde que, el 28 de septiembre, se supo del casi colapso de la institución muniquesa, evitado sólo gracias al primer plan gubernamental de salvamento. Apenas una semana más tarde, el HRE copaba de nuevo las portadas de la prensa alemana con una segunda crisis de supervivencia. El segundo plan quedó sancionado apenas unas horas antes de que el HRE quedara visto para sentencia en las bolsas asiáticas.

La quiebra del segundo banco hipotecario del país hubiera supuesto, por sí sola, la pérdida de 17.000 millones de los fondos de garantía de la banca privada. La Administración hubiera tenido que salir a la palestra para asegurar los depósitos de los ahorradores. Además, las particularidades del sistema alemán hubieran propiciado una reacción en cadena tras el colapso del mercado financiero que utilizan los bancos para prestarse dinero. La banca pública alemana, que se encuentra entre los clientes principales de los productos financieros del HRE, hubiera tenido que renunciar al cobro de miles de millones de euros. Según los cálculos del órgano de supervisión financiera BaFin, lidiar con semejante crisis, impredecible en sus últimas consecuencias, hubiera salido mucho más caro al contribuyente que el salvamento aprobado anteayer.

No evita esto que se intenten dirimir responsabilidades. La figura más cuestionada en esta crisis es el presidente del grupo HRE, Georg Funke. Ayer cayeron sobre él la furia del ministro Steinbrück y la de diversos analistas como Diester Hein, de Fairesearch, que calificaba a Funke de "incompetente" en el diario Handelsblatt. El ejecutivo de 53 años, que según publicaba ayer a toda página el diario Bild percibió en 2007 casi dos millones de euros por sus labores al frente del HRE, da la callada por respuesta.

El plan de rescate aprobado el fin de semana coincidió con el anuncio del Gobierno alemán de que garantizará todos los depósitos bancarios, pese a que la canciller Angela Merkel había arremetido contra Irlanda por tomar la misma medida pocas horas antes.

El HRE es una de las empresas más jóvenes de las 30 que cotizan en el DAX, el principal índice bursátil de Alemania. Fue fundado en 2003 de la escisión de la sección inmobiliaria del banco HypoVereinsbank. El HRE tardó sólo dos años en acceder a la primera división de las compañías alemanas. El grupo compró en agosto de 2007 el banco Depfa, una operación celebrada por Funke con una frase histórica: "Este negocio es rentable, muy sólido y entraña riesgos mínimos". Depfa, con sede en Dublín, se vio incapaz de refinanciar a corto plazo sus préstamos al sector público. Quebró así su modelo de negocio hace unas semanas y arrastró consigo a la matriz muniquesa, cuya crisis ha causado, en buena medida el terremoto bursátil de esta semana.

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