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La deserción de un concejal socialista asfixia al Gobierno municipal de Mos

El PP reclama la dimisión de la alcaldesa, que promete resistir hasta el final

La política está que arde en Mos. La deserción en el grupo socialista de Gerardo Alonso Porto, número dos de la lista, ya ha tenido una primera entrada en los juzgados por un cabezazo al edil. Su voto, con los del PP, marca una nueva mayoría y arruina el pacto PSdeG-BNG para un gobierno que, por iniciativa de Gerardo Alonso, ya perdió dos de los cuatro sueldos que se asignó. Fue el primer hachazo para romperlo. El PP ha descartado por el momento la moción de censura. Pero no ceja en reclamar la dimisión de la alcaldesa, María Jesús Escudero, confiando en que caiga por su peso, por pura asfixia y desgaste.

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Gerardo Alonso negoció el pacto con los nacionalistas. El BNG lo demoró un año condenando al concejal socialista, sin empleo fuera del ayuntamiento, a gobernar también sin sueldo. En abril Alonso fue contratado por la Asociación de Empresarios de Mos (Aemos). Abandonó entonces la mesa de negociaciones, después ocupó el lugar de los "no adscrito" y, con los votos del PP, le quitó el sueldo al líder del BNG, Martínez Ojea, que apenas llegaba de firmar el pacto de gobierno. El otro sueldo lo perdió la mujer del que le dio el cabezazo. Pero nadie admite que esas "menudencias" salariales sean el veneno de la política en Mos.

El PP, con ocho concejales, se quedó en las últimas elecciones a un puñado de votos de la mayoría absoluta y de recuperar la alcaldía que siempre ostentó en Mos, pero que el PSdeG le arrebató en 2003. En la última consulta, la lista socialista ganó un concejal que perdió el BNG. Hasta llegar al pacto, los nacionalistas frecuentaron las alianzas con el PP, que ya empezó ahí a pedir la dimisión de la alcaldesa por "desgobierno". Ahora más, con el refuerzo de Alonso.

Gerardo Alonso se pasó a los "no adscritos", así que no es "un tránsfuga", dice para desmentir al PSdeG, que atribuye el vuelco político a "una compra de voluntades": su contratación por Aemos. En el Gobierno, Alonso era el responsable de Formación y Empleo, y en Aemos es director de proyectos. Su "sueño" es montar un consorcio de empleo y no dimitirá como concejal. Las votaciones y el cabezazo han abierto abismos entre los viejos compañeros. Alonso desmiente que vaya a participar en ninguna moción de censura, pero "si la alcaldesa no resiste la situación, que dimita".

El PP provincial que dirige Rafael Louzán era partidario de presentar la censura, parada por la ejecutiva gallega del partido. Alonso es la llave que administra el oxígeno al gobierno, y a los populares no les disgusta la tortura. Su heraldo, Vigometropolitano, un diario digital de ámbito comarcal que se inspira en el Camino y la COPE, le manda este pellizco de monja a la alcaldesa: "El pacto con el BNG de poco sirve y vas a perder votaciones por un tubo. ¡Prepárate! ¡Vas a tener una cura de humildad como jamás la tuviste! ¡Vas a sufrir un montón! Pero, ¿qué quieres? ¡Creo que lo mereces! Lo triste es que ni esto te va a hacer buena persona".

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En este clima, Escudero, gallega sólida de presencia y convicciones, tacha a Alonso de "traidor sin paliativos" y promete resistir: "No vamos a darnos por muertos antes de que nos maten".

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