Todo se va a solucionar
El ministro de Economía español, Pedro Solbes, afirma que el sistema financiero español "no corre ningún peligro". Se hace eco del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo más reciente objetivo consiste en hacer que el PIB por habitante español supere al de Francia en los próximos tres o cuatro años; da igual que España esté a punto de entrar en recesión.
Tienen que despertarse y oler el café. Los problemas de liquidez y el aumento de las deudas incobrables llevan camino de obligar al sector bancario español, y a la economía, a realizar muchos recortes durante los próximos meses.
Es verdad que los bancos españoles están, en general, en mejor forma que sus homólogos europeos o estadounidenses. Los bancos españoles no corren el peligro inminente de quebrar. Según los analistas, tienen cubierta la mayor parte de sus necesidades de financiación de 2008. Más de la mitad de sus activos están financiados mediante depósitos. El resto está financiado con diversos instrumentos de mercado, pero con una madurez media lo suficientemente grande.
Aun así, el sistema financiero español tendrá que refinanciar cerca de 120.000 millones de euros en fondos del mercado durante los próximos dos años, según Credit Suisse. Si los mercados siguen estando crispados, dicha refinanciación será cara y dificultosa. Cierto es que, en teoría, los bancos pueden vender acciones industriales u otros activos para ganar liquidez, pero hay pocos compradores.
Todo esto se suma al aumento de deudas incobrables, que se están extendiendo, al igual que el número de parados en el país. La tasa de paro española ha aumentado del 8,3% al 11,3% en los últimos dos meses.
El denso nivel de provisiones genéricas que los bancos españoles se vieron obligados a almacenar en los momentos de vacas godas va a venir bien, pero no bastará para repeler todos los problemas. Si los niveles de deudas incobrables alcanzan los niveles que se vieron en la última crisis inmobiliaria de 1993, Morgan Stanley calcula que los bancos medianos se quedarían sin ganancias en 2009.
Si esto ocurriera, los bancos tendrían que apuntalar su capital y consolidarse para recortar gastos. Nada de esto indica que vaya a venir el Apocalipsis, pero las autoridades españolas deberían mostrarse de todo menos displicentes. Mientras tanto, deberían flexibilizar el mercado laboral, y empezar a dar otra formación a los trabajadores de la construcción que se han quedado en la calle. -
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