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El certamen de Sitges empieza con el homenaje a '2001'

El festival está considerado la cumbre del género fantástico y de terror

Toni García

De espaldas al eterno debate entre chicha y glamour que caracteriza a los certámenes cinematográficos en los últimos tiempos, Sitges arranca su festival de cine con el empaque que da vivir para el público. Al autocalificado "mejor festival de cine fantástico del mundo" no le viene muy grande la definición: quizás no sea el mejor pero sin duda es uno de los más coherentes, completos y engrasados. Ángel Sala, director del asunto, es perro viejo en estas materias y ha huido de la indefinición que amenazó con convertir al festival en un híbrido incomestible ya hace unos años (cuando hasta se inventaron secciones paralelas para intentar encajar títulos que no tenían nada que ver con lo que aquí se trata) para situarse en un terreno que todos los aficionados al género fantástico estarán contentos de pisar. La presente edición, y van 41, que ayer inauguró Reflejos, del otrora niño malo del cine francés Alexandre Aja, es un completo catálogo de la situación actual del cine fantástico: gran presencia asiática (con cosas tan esperadas como Crows o God's puzzle), polémica a chorros (en esta ocasión con Martyrs, que se anuncia poco apta para estómagos y/o mentes sensibles), una potente sección oficial remendada con perfecto criterio y apta -esta sí- para toda clase de públicos, y la justa dosis de nostalgia (con homenajes a Stan Winston o Charlton Heston, entre muchos otros).

El leitmotiv de este año es el 40o aniversario de 2001: una odisea del espacio, y en estos detalles el festival muestra su músculo: hasta esta pequeña ciudad costera llegaron ayer Christiane Kubrick (viuda del genial Stanley), Jan Harlan (secretario personal del realizador) y varios de los actores que protagonizaron esta legendaria película que se estrenó en Estados Unidos el 6 de abril de 1968.

Este recordatorio de la grandeza de 2001 hubiera podido celebrarse en cualquier otro sitio, pero se va a realizar aquí. Cuestión de perspectiva.

De la misma manera se espera en Sitges a Greg Nicotero, Douglas Trumbull, George A. Romero, Marc Caro o Charlie Kauffman, nombres que quizás no digan gran cosa al gran público pero que resultan imprescindibles para cogerle el pulso a la vena más experimental, vibrante y comprometida del séptimo arte. Es en esos matices donde algunos festivales viven, y otros sobreviven. Sitges, que es pequeño pero peleón, es de los primeros.Christiane, la viuda de Stanley Kubrick, protagonizó anoche la inauguración

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