Enseñanza bilingüe
Qué ganas tengo de oír que lo bueno de la enseñanza bilingüe es que nuestros hijos podrán leer libros, ir al cine, viajar por el mundo o recibir visitas de gente de otros países sin necesidad de traductor y no oír siempre lo de que estarán más preparados para el futuro.
¿Preparados para qué? Para trabajar, para llenar el currículo. Qué triste. Yo para esto no quiero que mi hijo aprenda idiomas.
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