¿Qué fue de los países emergentes?
No hay nada como una buena tormenta para limpiar el horizonte. Lo malo es que la tormenta financiera que barre los mercados de los países avanzados todavía no ha pasado y una espesa cortina se interpone todavía entre éstos y un horizonte despejado. Pero, ¿cómo están registrando los países emergentes esta situación? Hasta hace poco hablábamos de la famosa "desvinculación" (decoupling) entre las economías avanzadas y las emergentes en lo que se refiere a sus ciclos de crecimiento y cierto es que en el plano de la actividad real, el output y el empleo, los países emergentes lo siguen haciendo mucho mejor que los avanzados, que o están en clara recesión o se acercan a ella. Pero la plaga financiera no conoce fronteras.
Las economías emergentes se han desacelerado de forma moderada, con China e India liderando la caída
Hasta el momento, las economías emergentes se han desacelerado de forma moderada, con China e India liderando la ralentización, seguidas de los países latinoamericanos con mayor exposición al ciclo de Estados Unidos (México y Colombia). Brasil ha vuelto a ser la gran excepción al acelerar su ritmo de avance gracias a la fortaleza de la demanda interna.
Ahora bien, teniendo en cuenta el marasmo crediticio y financiero en el que nos encontramos, con un claro efecto negativo sobre las economías desarrolladas, parece difícil que las economías emergentes mantengan la solidez exhibida hasta el momento. Además, a la pérdida de dinamismo del ciclo global hay que añadir los efectos sobre la demanda interna derivados del endurecimiento de las condiciones monetarias que han llevado a cabo los bancos centrales de los emergentes con el fin de contener las tensiones inflacionistas, más acusadas en su caso que en los países avanzados.
Este escenario es el que habrían comenzado a descontar los agentes económicos si nos atenemos a la evolución reciente de los mercados financieros emergentes. Y es que los últimos y terribles episodios de la crisis financiera han desatado una fuerte huida de los inversores hacia la calidad, con un impacto negativo notable sobre las bolsas de los países emergentes, depreciación de sus divisas y repunte de sus diferenciales de crédito de riesgo soberano, hasta hace poco en mínimos históricos.
Así pues, si bien, hasta el momento, la desaceleración real está siendo moderada en las economías emergentes, en adelante los mayores riesgos para la actividad económica se concentran en el potencial impacto de la crisis sobre la demanda interna de las economías desarrolladas y sus implicaciones son negativas para la economía global en la medida en la que gran parte de las economías emergentes todavía dependen de su sector exterior para crecer. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la posición de las economías emergentes es en la actualidad más sólida que en el pasado. El fortalecimiento de su situación económica y financiera las sitúa en una posición menos vulnerable y las dota de una mayor capacidad para superar con éxito las perturbaciones provenientes del exterior en general y del enrarecido entorno financiero en particular. -
José A. Herce y Álvaro Lissón son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas de Afi.
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