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CiU exige que la solidaridad no se nutra de la cesta de impuestos de Cataluña

Mas espera un gesto de Montilla para desencallar el pacto por la financiación

Las dos partes aseguran cumplir con el Estatuto. El Gobierno catalán considera su propuesta de financiación autonómica "ambiciosa" y al "límite" del texto estatutario. Convergència i Unió niega la mayor, la considera insuficiente. ¿Quién tiene razón? ¿Cuáles son los principales escollos técnicos que impiden un pacto entre ambos para lograr el frente común catalán?

La federación nacionalista basa su rechazo en que la propuesta del tripartito no garantiza que "todo" lo que recaude la Generalitat con la nueva cesta de impuestos (el 50% de IRPF e IVA y el 58% de impuestos especiales) se quede en Cataluña. O dicho de otra manera, que el mecanismo de solidaridad entre comunidades no se nutra de la cesta de impuestos de Cataluña. "Basta con que el Gobierno catalán acepte el término rendimiento íntegro, si no, no habrá acuerdo", aseguró ayer el diputado de CiU Quico Homs.

Aunque fuentes cercanas al tripartito aseguran que el Estatuto prevé que los ingresos tributarios de la Generalitat pueden ajustarse al alza o a la baja en función de su contribución a la solidaridad (punto 1 del artículo 206), Homs apela al punto siguiente, el 2, que dice que el porcentaje de participación (en los impuestos) se establece teniendo en cuenta los servicios y las competencias de la Generalitat; esto es, los guarismos establecidos en la nueva cesta. "El 58% del rendimiento de las especiales, por poner un ejemplo, no es fruto de la casualidad, utilizamos la calculadora; se fijó en función de las necesidades de Cataluña", ironiza Homs. "Maldita la gracia que una vez recaudado todo lo que dice el Estatuto, tengamos que devolver una parte con un déficit fiscal tan abultado", razona el negociador de CiU.

La federación nacionalista ha estimado incluso la ganancia de la nueva cesta para el primer año, el que viene: alrededor de 2.500 millones de euros, según la propuesta que entregó este verano al consejero Castells. Es un cálculo en función de los Presupuestos del Estado de 2008. Con las cuentas públicas de 2009, que mañana aprobará el Consejo de Ministros y Solbes presentará el martes que viene en el Congreso, la cifra será otra, previsiblemente inferior, debido a la merma recaudatoria por la crisis.

Para CiU, una de las pruebas del algodón de que la propuesta del Gobierno catalán "no es lo suficiente rigurosa" es que considera que, tras haber contribuido a la nivelación (la solidaridad), los ingresos de Cataluña se sitúen entre el 103% y el 105% de la media; hoy es del 94% y antes de la nivelación, del 121%. "Lo que propone el Gobierno catalán no es científico, pero sí obedece a una razón política: es el porcentaje que hoy recibe Andalucía", dice Homs.

Dado lo enquistado de las negociaciones, la federación nacionalista espera un gesto del presidente José Montilla, que en las próximas horas llame al líder de la oposición, Artur Mas, para reconducir las cosas.

Con o sin acuerdo con CiU, Antoni Castells intentará el lunes próximo lograr el concurso del PP a la propuesta de financiación. Ayer en Barcelona, el presidente de la formación, Mariano Rajoy, se limitó a señalar que el gasto público el próximo año tendría que limitarse al 2% y defendió el modelo de 2001 porque incluía su revisión con variables como la población. "Y el Gobierno ni eso ha revisado", lamentó. El PSC también analiza la situación día a día. Ayer, dos de los pesos pesados del partido, José Zaragoza y Miquel Iceta, se reunieron en Barcelona con la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín para hablar de la financiación.

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