El Parlamento invita a militares al homenaje a la última víctima de ETA
La Mesa se solidariza con los familiares y compañeros del brigada asesinado
Militares, ertzainas y una amplia representación de todos los grupos parlamentarios, salvo EHAK, encabezada por el lehendakari homenajearon ayer durante diez minutos en la puerta del Parlamento vasco a la última víctima de ETA, el brigada Luis Conde, asesinado el domingo en Santoña (Cantabria). Una imagen inhabitual, a pesar de las víctimas que el terrorismo ha causado en las fuerzas armadas.
La Cámara apoya a la Ertzaintza tras el atentado de Ondarroa
Era la segunda vez que la Cámara convocaba a un acto de este tipo tras un atentado, con la presencia de los diversos cuerpos policiales o militares afectados en la acción terrorista, en los 29 años de autonomía de Euskadi. El primero fue tras el coche bomba que destrozó el cuartel de la Guardia Civil de Legutiano en mayo pasado y mató al agente Juan Manuel Piñuel, a pesar de que hacía la víctima número 89 de la Guardia Civil desde la constitución del Parlamento vasco en 1980. Tampoco hubo homenajes individuales para los otros 119 miembros de la policía, la Ertzaintza y las fuerzas armadas asesinados desde ese año, aunque muchos de ellos murieron en Euskadi.
La presidenta del Parlamento, Izaskun Bilbao (PNV), quebró esa inercia en mayo, en aplicación de la ley de víctimas del terrorismo, y ayer volvió a otorgar a los compañeros del fallecido el protagonismo del acto. Dos de los cinco militares de la base de Araca (Álava) que acudieron al Parlamento, participaron en el acto colocando una corona de flores junto a la fotografía de Conde, colocada en la escultura de Cristina Iglesias dedicada a las víctimas.
El silencio sólo se rompió con el Agur Jaunak, al que militares y ertzainas respondieron con un saludo de despedida. Para entonces ya habían llegado los representantes de todos los partidos y el lehendakari, acompañado de los dos miembros del Consejo Político, Javier Madrazo (EB) y Joseba Azkarraga (EA).
Bilbao tomó entonces la palabra para leer la declaración institucional aprobada por la Mesa del Parlamento, en la que se condenan los últimos atentados de ETA y manifiesta su solidaridad con todos los familiares y compañeros "de la institución a la que pertenecía el brigada asesinado". En el texto aprobado, que fue leído en euskera y castellano, los grupos expresan su deseo de que los heridos en Ondarroa y Santoña se recuperen lo antes posible, y muestran, además, su apoyo y solidaridad con la Ertzaintza, destinataria del ataque contra la comisaría de la localidad vizcaína. "Los miembros de la policía de Euskadi, una institución nacida de la voluntad de las vascas y los vascos, seguirán desempeñando su misión con total profesionalidad", afirmó la presidenta Izaskun Bilbao.
La declaración califica los atentados como ataques contra toda la ciudadanía, su pluralidad, la democracia y la convivencia, y apuesta por seguir manteniendo "la unidad de todas las fuerzas democráticas para acabar con el terrorismo y consolidar en Euskadi la paz y las libertades".
La declaración concluye con la afirmación de que la sociedad vasca va a seguir combatiendo sin descanso a quienes tratan de imponer a este país un proyecto totalitario y con el llamamiento a ETA para que se disuelva "de forma inmediata".
Tras el acto, que apenas si duró diez minutos, la presidenta del Parlamento se acercó a los militares y les comunicó que les iba a facilitar una copia de la declaración institucional.
Tras el acto algunos de los asistentes rompieron en aplausos. La fotografía y la corona permanecerán varios días en la puerta del Parlamento vasco. La exposición itinerante de las víctimas, que ahora está en San Sebastián, ya ha incorporado el nombre del brigada asesinado, Luis Conde de la Cruz.
Azkarraga evita saludar a los representantes del Ejército
El consejero de Justicia y Empleo, Joseba Azkarraga, fue el único de los tres miembros del Gobierno que se marchó del Parlamento sin saludar a los cinco militares que asistieron al acto de despedida.
Fue uno de los gestos más comentados. "El Gobierno no ha estado a la altura de las circunstancias", comentó un asistente. Primero, el lehendakari Ibarretxe, Javier Madrazo y Joseba Azkarraga, integrantes del denominado Consejo Político del Gobierno, hicieron esperar diez minutos a todos los concentrados. Salieron tarde del Consejo de Gobierno y llegaron tarde a la Cámara.
Allí estaban esperando el ararteko, Iñigo Lamarca, el secretario general del PSE, Patxi López, el portavoz del PP, Leopoldo Barreda, el dirigente del PNV Joseba Egibar, el presidente de EA, Unai Ziarreta y la parlamentaria de Aralar Aintzane Ezenarro, entre otros parlamentarios de todos los partidos, salvo el EHAK. También asistió la víctima y directora de la Oficina de Atención a las Víctimas, Maixabel Lasa y su adjunto Txema Urkijo.
El lehendakari llegó y apenas si saludó a los asistentes, probablemente para no retrasar más el acto. Pero una vez finalizado enmendó su actitud, se acercó a los dos militares que intervinieron en el homenaje y les estrechó la mano, aunque no se quedó a hablar con ellos.
También les saludó el consejero de Vivienda, Javier Madrazo, en un gesto igual de fugaz. Pero Joseba Azkarraga lo evitó y se esquinó hacia la zona en la que se encontraban varios parlamentarios. Cuando, medio minuto después, el lehendakari y Madrazo pusieron rumbo a la Lehendakaritza, Azkarraga se fue con ellos.
Pero no fue el único de los reproches. Hay quien apreció en la nota de la Mesa la ausencia de una apoyo más explícito al Ejército. Al menos, un apoyo de igual extensión al que se daba a la Ertzaintza en el comunicado aprobado por la Mesa.
También hubo asistentes que apreciaron un déficit de proximidad. "Se ha hecho [el homenaje], y eso es muy importante, pero echo en falta ese plus de cariño y de proximidad con los compañeros de las víctimas. Quizás llegue con el tiempo, pero es una pena que todavía sigan siendo como extraños", comentó uno de los presentes.
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