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LA CALLE | En la 'web'
Columna
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Barceloneta

Tomàs Delclós

La Barceloneta vive una compleja transición. Están la Ley de Barrios con un proyecto para su transformación; el plan de ascensores para dotar de ellos a viviendas de la zona, que tiene la oposición de grupos vecinales; la tregua temporal en el conflicto sobre la presencia de nómadas e indigentes, que ha tenido una cruda polémica entre la asociación de comerciantes, cuyo presidente amenazó con organizar patrullas vecinales, una idea que mereció el calificativo de "fascista y peligrosa" por parte de la presidenta de la Asociación de Vecinos de Òstia... La Barceloneta es un barrio joven, del siglo XVIII, proyectado por el ingeniero militar Pròsper Verboom para alojar a los vecinos expulsados con la construcción de la Ciutadella. Era una cuadrícula octogonal con casas de un piso, para una familia, pensados con lógica higienista para favorecer la ventilación. La miseria y la especulación liquidaron la idea.

En Internet se pueden seguir los frentes abiertos en el barrio. En www.fomentciutatvella.net/ se detalla el programa de mejora de las viviendas. En labarcelonetaambelaiguaalcoll.blogspot.com/, una larga, para los hábitos digitales, pero explícita cabecera, hay un extenso lamento sobre la Barceloneta prometida que no llega o que no gusta a sus vecinos.

Pero Internet también alimenta la memoria sobre este barrio. En greenpeppermagazine.org/geografiaesborrada/ han elaborado un mapa de la Barceloneta esborrada, la que ya no existe. Como los lavaderos públicos; la Escola del Mar, que destruyó una bomba franquista en 1938, o la cooperativa de alimentos Segle XX, con una sala de fiestas para los vecinos...Cada punto del mapa está recorrido por un breve archivo de audio con la explicación de lo que fue. El más completo es el dedicado al Somorrostro, en el que la voz de un viejo habitante recuerda a niños descalzos y desnutridos por las callejuelas de barracas. Fuera de Internet, el recuerdo más documentado está en el Museo de Historia de la Ciudad. La exposición Barraques, la ciutat informal, permite seguir el crecimiento de la ciudad y cómo altera el tejido vecinal.

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