"Yo pensaba: 'es ahora cuando van a matar a mi padre"
Un diario muestra las experiencias de una niña exiliada durante la Guerra Civil
Conchita Ramírez sostiene un pequeño diario entre sus manos. Ha cumplido 84 años pero la memoria no le falla. "Tenía apenas 12 cuando cruzamos la frontera francesa. Huíamos de España", recuerda desde el salón de su casa en Dos Hermanas (Sevilla). Era 1936 y su familia se exiliaba para evitar la guerra. "Mi padre se incorporó al Cuerpo de Seguridad en 1933, durante la II República. Era oficial de izquierdas", explica rodeada de fotografías.
La niña comenzó a llenar páginas y páginas de un cuadernillo. Escribía sobre los celos infantiles por su hermana mayor, Julita, o sus primeros amores hasta los miedos y angustias por lo que sucedía a su alrededor: "El domingo fui al cine con mis padres (...) un guardia surgió de la oscuridad, se acercó a mi padre y le dijo algo sin duda muy grave (...) Habían asesinado a oficiales de izquierdas ... mi papá estaba inscrito en las listas... Yo pensaba 'es ahora cuando van a matar a mi padre".
"Nos obligaban a ir a misa si queríamos comer. Nos separaban con una cuerda"
Las páginas de Ramírez se editaron en 2006 bajo el título Diario de una niña exiliada. 1939-1947 (Diputación de Sevilla). El escritor y periodista Eduardo Haro Tecglen (1924-2005) escribió el prólogo: "Conchita, ¿no te acuerdas de mí? Yo era un niño muy alto, delgado, tímido, que te miraba mucho", comienza Tecglen. Aquella niña -justo antes de huir del país- había compartido aula con él en el Instituto Calderón de la Barca de Madrid. Iban a clase de francés con un profesor cuyo nombre es mucho más que un nombre: Antonio Machado. "Haz un esfuerzo, acuérdate de mí. Un alumno libre, oyente, tímido, que te miraba mucho", continúa el periodista.
Martínez recuerda aquellos años llenos de "humillaciones, pobreza y desesperación". Sus ojos se ensombrecen cuando le vienen a la memoria malos momentos: "Yo lavaba la ropa interior de los alemanes que habían ocupado Francia. Lo hacía para llevar algo de dinero a casa", reconoce. "También nos obligaban a ir a misa si queríamos comer. Y nos separaban del resto de los franceses con una cuerda".
Ramírez, que aún tiene acento francés y sigue recibiendo la prensa gala, saca una gran bandeja de jamón serrano y un poco de vino. "A mi familia y a mí siempre nos gustó Andalucía. Sus costumbres, su modo de vida", vuelve a alegrarse desde el jardín de su casa. Cuenta que su padre, Ángel Ramírez Rull -a quien dedica el diario-, siempre soñó con volver. "Ya muy mayor, en Semana Santa, salió de Francia con un salvoconducto. Fuimos a ver a la Macarena. Y nos sorprendió a todos cuando tocó el paso y dijo: 'ya me puedo morir en paz".
De Francia, Ramírez volvió acompañada: un marido, Gabriel Torralba, y dos hijos. A él, con apenas 20 años, le habían arrestado por comunista. "Desapareció de repente", recuerda. A los tres años regresó con un número en el brazo: 46264. Había sobrevivido en Auschwitz. Ahora Ramírez lucha por la recuperación de la "dignidad histórica". "Yo pensé que lo peor se vivió en el exilio, pero cuando regresé descubrí que lo peor había pasado aquí. Y eso les explico a mis nietos", concluye con la mirada fija y una copa vacía en la mano.
Fragmentos del diario
- Junio de 1940: "Estoy muy triste, yo creo que no volveremos nunca a España".
- Julio de 1941: "Pienso mucho en Gaby. No puedo olvidarlo. He sabido que al padre lo han metido en el barracón de los primeros a fusilar".
- Julio de 1942: "Me produce horror un mundo tan feo y todo por culpa de unos cuantos".
- Abril de 1943: "Hoy es el aniversario de la proclamación de la II República en España. Cuando ocurrió estábamos en Córdoba. ¡Qué felices éramos!".
- Abril de 1943: "Hoy es el cumpleaños de Hitler. Lo celebraron entre ellos con champán ¡¡francés!!".
- Enero de 1945: "¡Qué mentira más grande decir que el dinero no es la felicidad!".
- Septiembre de 1947: "¡Qué bonito es ser madre a pesar del dolor!".
- Septiembre de 1948: "Estoy harta, son muchos años de sufrimientos y miserias y no veo el fin. Y para terminar, estoy encinta de casi dos meses. ¿Cómo podría tener un niño ahora?".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.