_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fotocopia al cuadrado

Javier Ocaña

Muchos de los directores debutantes de hoy día poseen una funesta característica común. Pretenden confeccionar películas sobre la vida, pero éstas no se parecen en nada a la vida, a lo que se parecen es a otras películas. Y, lo peor, se parecen a otras películas que ya se parecían a otras películas, lo que quizá haga interminable la cadena.

Ése es el caso de Cuatro vidas (a veces las distribuidoras se empeñan en empeorar los títulos); el original, The air I breathe (El aire que respiro), es, al menos, distinto a otros y no admite duda, primer trabajo del estadounidense de origen asiático Jieho Lee, otra suerte de existencias cruzadas, basada en la sofisticación de la puesta en escena y en la presumible trascendencia de la temática. Relamida cuando pretende ponerse romántica y sólo admisible cuando es la presencia interpretativa de su buen reparto el que comanda la acción, Cuatro vidas abunda en el azar como elemento incuestionable e irresoluble del devenir, amparándose en un proverbio chino que divide la vida en cuatro emociones: la felicidad, el placer, el amor y el dolor.

CUATRO VIDAS

Dirección: Jieho Lee.

Intérpretes: Brendan Fraser, Andy García, Sarah Michelle Gellar, Forest Whitaker, Kevin Bacon,

Julie Delpy.

Género: drama. EE UU, 2007.

Duración: 95 minutos.

Así, un oscuro oficinista, el violento pero en el fondo dulce matón de un mafioso, una estrellita del pop adolescente y un médico enamorado de la mujer equivocada unen su proceder en medio del desasosiego general. Sin embargo, la tesis de Lee respecto de la casualidad (o la causalidad, vaya usted a saber) es tan desastrosa y de tan ínfimo nivel que ni siquiera es capaz de acabar uniendo los hilos narrativos con la suficiente convicción como para que éstos enlacen (sólo hay que fijarse en el accidente de coche de la conclusión y ver que éste no conecta temporalmente con la entrega inicial de la pistola).

De modo que el desorden del relato (otra lacra del cine de hoy, no sólo por la reiteración sino sobre todo por sus fallidos ejercicios) acaba arruinando las pocas posibilidades de lo que no es más que un simulacro de película. Un refinado envoltorio de luces y sombras que sólo contiene la fotocopia de una fotocopia de una fotocopia...

Brendan Fraser y Sarah Michelle Gellar, en <i>Cuatro vidas.</i>
Brendan Fraser y Sarah Michelle Gellar, en Cuatro vidas.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_