Ségolène Royal renuncia a competir por la dirección de los socialistas franceses
La ex candidata al Elíseo da un paso atrás para favorecer la unidad del partido
Ségolène Royal ha vuelto a coger a contrapié a sus rivales socialistas. Tras el lamentable espectáculo escenificado a finales de agosto por los candidatos a la dirección del Partido Socialista francés (PS) en la universidad de verano de La Rochelle, que Royal eludió hábilmente por la vía de ausentarse, la ex candidata a la presidencia francesa ha vuelto de nuevo a desmarcarse de las operaciones en curso para la toma del poder en el Congreso de Reims que tendrá lugar del 13 al 16 de noviembre. A menos de una semana para que se cierre el plazo de presentación de las mociones que competirán por el voto de la militancia, Royal se ha mostrado dispuesta a renunciar a la dirección del PS para restablecer la unidad en el partido.
"Quiero acabar con esta degradación del nivel del debate", dijo Royal
Si una lección sacó Royal de su derrota frente a Nicolas Sarkozy en 2007 fue que le había fallado el apoyo del partido. La toma del poder de la organización era una condición imprescindible para intentar de nuevo el asalto al Elíseo. La renuncia del actual primer secretario, su ex compañero sentimental François Hollande, abría la carrera. Pero la deriva narcisista que ha tomado esta lucha por el poder ante la opinión pública, la ha hecho cambiar de opinión. La dirección del PS "ya no es una condición previa" para Royal, que ha decidido "poner en el congelador las cuestiones de la candidatura, sea al puesto de primer secretario, sea a la elección presidencial".
"Habría que estar ciego para no ver cómo aumenta la cólera, la desesperación e incluso el asco de quienes nos preguntan: ¿Quiénes sois los socialistas? ¿Qué hacéis? ¿Por qué os peleáis por los cargos?", dijo en una entrevista televisada. "Quiero acabar de una vez con esta lenta degradación del nivel del debate", añadió. Royal, que el próximo día 27 pretende hacer una demostración de fuerza reuniendo a sus seguidores en París, anunció también que desea que emerja "una nueva generación".
Los observadores del espacio socialista apuntan a que los tres potenciales candidatos, que aspiran además a la carrera al Elíseo -Royal, el alcalde de París, Bertrand Delanoë, y la ex ministra Martine Aubry-, representan cada uno entre un 20% y un 25% de los militantes socialistas. Pero con su retirada, Royal se convierte en la gran electora; se une a los "notables" firmantes del manifiesto de la "línea clara" agrupados en torno al alcalde de Lyon, Gérard Collomb, y el presidente de la región Bouches-du-Rhône, Jean-Noël Guérini, que pretenden que el nuevo primer secretario no sea un presidenciable.
Este grupo ha sostenido, aunque no de forma muy constante, la candidatura del ex ministro Pierre Moscovici al puesto de primer secretario, y apoya también algunas tesis de Royal, como un cierto reformismo y el acercamiento al Modem, el partido centrista de François Bayrou. El tándem Hollande-Delanoë, en cambio, se sitúa dentro de la tradicional ortodoxia de izquierdas del PS.
En el fragor de la batalla, el mitin que ayer por la noche tenían previsto Delanoë y Hollande -en el que este último se disponía a mostrarle públicamente su apoyo- perdió a priori la mitad de su impacto. "Hubiera preferido que se mantuviera por encima del debate", se limitó a señalar Royal sobre la postura de Hollande.
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